El actual director general de Gestión de Participadas en Criteria (corporación empresarial de CaixaBank) reconoce a Efe que en sus nueve años en Caja Navarra se han podido cometer errores, por ejemplo de «comunicación» hacia la sociedad.

El martes está prevista su comparecencia en el Parlamento navarro, ¿qué espera de ella?

Voy con el propósito de explicar lo que hemos hecho en la gestión de la Caja bajo mi gestión y dirección y bajo mi equipo. Lo que espero es aportar datos objetivos, información útil que sirva para que, más allá de las informaciones interesadas o de otro tipo, se forme un juicio de valor cabal de lo que hemos hecho. La Caja hoy es la octava entidad por patrimonio en España y, cuando llegamos en 2002, era la décimoséptima. Es decir, el balance final no es malo. Y en medio hay en ocasiones desinformación y en ocasiones falta de comunicación. Eso es lo que espero.

Esta comparecencia se produce mientras se tramita en el juzgado una denuncia de Kontuz contra usted y el expresidente Miguel Sanz.

Los tribunales son un foro profesional, un foro objetivo, y en ese sentido estoy muy tranquilo. Yo no solamente voy a reclamar por supuesto la legalidad, solo faltaba, de lo que hemos hecho, voy a reclamar la ética de lo que nosotros hemos hecho.

Entrando al contenido de la denuncia, ¿cuál es su valoración de los presuntos delitos?

Supongo que esto, en el Parlamento, va a salir. Hay muchísimas cosas, pero, por sintetizar, los hechos no se corresponden con la realidad.

¿No ha habido entonces falseamiento de las cuentas o favorecimiento a determinadas personas en las inversiones?

Natural y rotundamente no.

La jueza ha remitido a la Audiencia Nacional la denuncia de UPyD, centrada en la salida a Bolsa de Banca Cívica. ¿Puede afirmar que este fue un proceso limpio?

Absolutamente limpio, riguroso, contablemente muy escrupuloso, verificado por los auditores, controlado por todos los supervisores. No se puede decir nada más. Fue absolutamente limpio, sólido y muy profesional.

¿Por qué se decidió salir a Bolsa en lugar de solicitar la ayuda al FROB?

Tomar dinero de los mercados es lo que hay que hacer en una economía de mercado. Que a uno le entre dinero público en su accionariado es la última de las opciones y casi es una opción de medicina de urgencia.

A fecha de hoy, yo soy un accionista de Banca Cívica y he visto devaluada mi participación un 25 %. Si hubiese tomado acciones de otras entidades financieras, como el Popular, la devaluación sería del 60 %. Llama la atención que la nuestra fuese una salida a Bolsa cuestionada, cuando tiene una depreciación que es inferior a la media de las (empresas) comparables, y las de otros no.

Se ha hablado mucho de las dietas de los miembros de la Junta de Entidades Fundadoras de la Caja. ¿Ha habido irregularidades en su cobro?

No, ninguna. Es importante resaltar que las dietas han existido siempre. No se crean en 2002. Le puedo asegurar que se han ido liquidando conforme a los trabajos y el desempeño de los órganos de gobierno. No, ninguna irregularidad, de ningún tipo.

¿La existencia de una Comisión Permanente era desconocida por el resto de miembros?

La Junta de Entidades Fundadoras se crea en los estatutos de junio de 2010 y su aprobación nace después de la aprobación del Consejo General. Y ya en la primera acta de constitución de esa junta se prevé en el punto tres del calendario la existencia de unas sesiones de reporte. A eso me remito.

Otra de las cuestiones que han podido transmitir una imagen negativa de la entidad fueron los viajes «de lujo» a capitales europeas para clientes exclusivos. Se ha hablado de excursiones en helicóptero y de la entrega de tarjetas de crédito.

No han existido esas tarjetas. Eso es absolutamente incierto, por no decir falso. Los helicópteros fueron un viaje de diez minutos cuyo coste no llega, se puede ver en internet, a 70 euros por persona si uno los coge en viajes comerciales en capitales por el mundo.

Los viajes eran una inversión para presentar in situ los servicios internacionales en Londres, París y Berlín. Inversión que, por cierto, se rentabilizaba. Una vez al mes nos reuníamos, y yo estaba en esas reuniones, y veíamos exactamente cuáles eran las posiciones y facturación de los clientes que viajaban en el momento que venían al viaje, y cómo se iban incrementando. Por cierto, se amortizaba en tres o cuatro meses. Era una inversión muy rentable.

También se criticó la entrega de cinco relojes valorados en 16.000 euros a Miguel Sanz, Yolanda Barcina, Álvaro Miranda, Roberto Jiménez y Carlos García Adanero. ¿Era habitual?

No. No era habitual. Fue un gesto de agradecimiento al trabajo que habían hecho en los órganos de gobierno, en ocasiones hasta durante 22 años, algunas personas. Y a la vista de los acontecimientos, visto con retrospectiva y por el hecho de que ellos los devolvieron, sin duda fue un error.

¿Por qué se decidió abrir una oficina de CAN en Washington sin licencia para operar como entidad financiera?

Eso respondía a una decisión estratégica de Caja Navarra, que era que nuestro modelo de transparencia y participación cuajara en ese país. Había estudios, y en su momento los exhibiré. Abrimos la oficina en Washington porque, para conseguir una licencia federal, había que acreditar entre los reguladores americanos que uno ya estaba instalado; esto no te lo dan por correo.

¿Su alquiler costó tres millones de euros anuales?

La oficina no costaba tres millones de euros anuales, ni cifra similar; costaba ocho veces menos, 400.000 euros. Esto es una expresión más de un cierto ejercicio de desinformación. Lo chocante es que en ese momento había once cajas trabajando en Miami y seis bancos españoles haciendo fundamentalmente negocio inmobiliario y a nadie le llama eso la atención.

¿Cuál ha sido en concreto la responsabilidad del expresidente Miguel Sanz y la presidenta Yolanda Barcina en las decisiones tomadas en CAN?

Han sido miembros de los órganos de gobierno, entre otros cien, en el tiempo en el que yo he dirigido la Caja, y desde mi punto de vista, su trabajo, hablo de los órganos de gobierno, ha sido excelente.

La historia de la Caja culmina con la creación de una fundación especial encargada de gestionar la Obra Social.

Finalmente hay cuatro cajas que lideran el proceso de concentración. Con Ibercaja estuvimos negociando y no llegamos a un acuerdo satisfactorio porque no estaba claro que ese fuera el punto final del proceso de reestructuración. Con las cajas vascas, con la BBK en concreto, no coincidimos en el tiempo, eran dos procesos que se cruzaban. Cuando se constituyó el banco de las cajas vascas, en setiembre de 2011, nosotros ya éramos un banco cotizado. Con Unicaja, por distintas consideraciones, hablamos pero no llegamos a negociar. Y La Caixa no es por exclusión; es que es la mejor entidad financiera del país.

Su predecesor como director de CAN, Lorenzo Riezu, ha sido muy crítico con la integración con Caja Segovia, Caja Canarias, Caja Burgos y CajaSol.

Con el conocimiento actual hay que valorar los hechos actuales y no con el conocimiento actual valorar los hechos pasados. A la noche del domingo, todos acertamos la quiniela. Yo creo que eran buenos socios, naturalmente, por eso los propuse.

¿Ha desaparecido Caja Navarra?

Todas las cajas ya son fundaciones o van a serlo. Es decir, la Caja no ha desaparecido, es una fundación y la razón por la que deja de serlo es de normativa; es un imperativo legal.

¿Siente que ha habido una «desbandada» de amigos o personas cercanas en torno suyo por todo lo ocurrido?

De amigos no, ninguna. Es un proceso lógico. Estamos asistiendo a una cierta descomposición institucional y a un enorme malestar social. Es lógico que cada uno vele y priorice en atención a lo suyo.