No se sorprenderá la lectora por el silencio impenetrable establecido en torno a la muerte en cuanto menos extrañas circunstancias de Igor Angulo. Parten de la pemisa de que lo que no está en la prensa no está en el Universo y callan lo que no interesa menear.Será por eso que en la prensa española de ayer sólo “El Mundo” dedicara un pequeño espacio al caso y era, además, para criticar al abogado que denunció las responsabilidades de esta muerte. Le dedicaban un billete a Jon Enparanza en tono insultante:«La ignominia no tiene límites. El portavoz de la plataforma proamnistía Askatasuna ha llegado al extremo de responsabilizar al Partido Socialista como partido del Gobierno, del suicidio del preso de ETA Igor Angulo». En algo tiene razón el escribiente de Pedro J. Ramírez: La ignominia no tiene límites.
En Euskal Herria, “Diario de Noticias” editorializaba sobre el caso en tono bien distinto. Pedía el editorialista que «al menos, se conozca la verdad» y dejaba constancia de que «la muerte imprevista del preso vasco Igor Angulo ha sido explicada por las fuentes penitenciarias como suicidio, aportándose para esta versión una serie de datos que, en principio, parece que no cuadran».
Y entre las constataciones de la realidad que desgranaba el editorial, destacan las que siguen: «Ha sido una muerte violenta y esas circunstancias tendrán que demostrarse. Asimismo, habrá que confrontar esta versión oficial con los nuevos datos aportados por los familiares y al resultado de la autopsia. Sea como sea, es preciso que esta muerte sea esclarecida de forma fehaciente y cuanto antes, porque la respuesta social ante cualquier violación de los derechos de los presos vascos suele ser inmediata y lógicamente crispada».
Y más aún:«La responsabilidad de la salud e integridad
de los presos corresponde a las autoridades penitenciarias, y son ya 12 los
presos vascos muertos en la cárcel en los últimos 20 años. Nunca hay que olvidar
que estaban vivos cuando entraron en prisión, y cuando algún preso aparece
muerto en su celda es señal de que algo no funcionó bien en el sistema
penitenciario. Para evitar cualquier sospecha sobre lo que ocurre en el interior
de las cárceles no es la mejor garantía, por supuesto, la injusta política de
aislamiento y dispersión que hoy se mantiene». Diseñada en su día por el PSOE,
ex profeso para que puedan suceder cosas así, habría que agregar. -msoroa@gara.net