Maite Soroa
Los papelitos del fiscal
Tiempo habrá mañana de atender a las referencias de la prensa en relación a la jornada de huelga y movilización convocada para el día de ayer por la izquierda abertzale. No duden de que leeremos cosas interesantes. Mientras tanto, detengámonos en algunos disparates recogidos en las últimas ediciones de la prensa española.En ‘‘El Mundo’’ le ponían flecha hacia abajo a la presidenta del tribunal que juzga el macrosumario 18/98:«La normalidad no retorna al macrojuicio que preside Angela Murillo. A la deficiente instrucción y la estrategia dilatoria de las defensas, se unen ahora inconcebibles extravíos de piezas de convicción. Ayer, por dos veces, el tribunal no halló pruebas que constan en las diligencias». Se refiere el de Pedro J. a los documentos que han servido de base para incriminar a Xabi Arregi y Xabier Alegria. Y no se paran a pensar que si no aparecen es que, tal vez, no existen. Que no han existido nunca. En Derecho es de universal aceptación que «lo que no está en el sumario no está en el mundo». Y esas pruebas tan determinantes, no están. Y al fiscal se le hundió el mundo bajo sus pies. Será por eso que el de ‘‘La Razón’’ publicaba la crónica más canallesca que una recuerda. Atiendan a los detalles:«Una letrada de EKIN pretende invalidar una importante prueba de cargo contra Alegria». Vamos por partes:Arantza Zulueta es, efectivamente, abogada; la abogada Zulueta defiende a un ciudadano acusado de ser militante de EKIN... pero Arantza Zulueta no es «una letrada de EKIN». La mala leche lo empapa todo. Tampoco es verdad que Zulueta «pretenda invalidar» nada. Lo único que ha hecho es pedir que alguien enseñe esos papeles que, dicen, servirían para inculpar a su patrocinado. No aparecen los papeles y no es responsabilidad de Zulueta. Miren al tribunal. La mala baba no cesa y subtitulan la pieza: «Zulueta
quiso hacer creer que el tribunal había extraviado varios documentos». Esta es
de las de pegada. Vamos otra vez por partes: Arantza Zulueta no «quiso hacer
creer» nada. Se limitó a pedir lo mínimo, es decir, que se muestren las pruebas
por las que quieren encerrar a su cliente durante más de cincuenta años; las
pruebas no están, o sea no existen. Tendría que haber titulado:«El fiscal
pretende hacer creer que existen unos papeles que no están». Todo un ejemplo de
manipulación periodística. - msoroa@gara.net
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