Voy a dedicar alguno de estos días a sintonizar La Sexta que ya ha llegado a la influencia de mi antena comunal. Leo diariamente noticias sobre esta cadena, ya tienen director general, uno que viene del Real Madrid, para que quede claro. Dicen que el objetivo a corto plazo es lograr un uno por ciento de share. En las generalistas se matan por un uno por ciento, pero esta nueva cadena parece venir con los riñones financieros muy bien cubiertos ya que pujó por el Mundial de Fútbol, y desde luego al paso que llevan de implantación, su visibilidad es casi nula como para poder competir en el mercado publicitario.

A la directora general de RTVE le han preguntado los de la oposición sobre su relación con las productoras que forman parte de La Sexta. Y es una pregunta que sin esa acritud que tienen los herederos del franquismo aniquilador de la II República como se encargan en demostrar constantemente, se debe hacer cualquier gestor de una cadena generalista. Si son productoras que sirven programas de diferente formato a las generalistas las que forman el accionariado de esta nueva opción generalista, ¿se debe seguir alimentando económicamente a la competencia?

Se sabe que presentadoras como Mamen Mendizabal, que conduce espléndidamente el debate “59 segundos” y que ha renovado hasta finales de junio con la primera estatal, va a ser una de las estrellas de La Sexta. ¿Qué se hace en estas circunstancias? El programa de debate funciona, su presentadora lo hace bien, pero se va a la competencia. ¿Es motivo suficiente para no renovarle o para quitarla? Esta misma pregunta se puede realizar sobre series que forman parte fundamental de la imagen de las privadas y que realizan algunas de las productoras que han formado la nueva cadena: ¿Se pueden permitir renunciar a un éxito consolidado, de marca para no darle ingresos a la competencia? Son circunstancias que van a recomponer el negocio audiovisual general. No será extraño que se creen nuevas productoras para servir a las generalistas, y que La Sexta deba absorber el potencial creativo de sus socios. Y eso no lo hace ni con el uno, ni con el cinco por ciento. Necesita bastante más. -