Ex ministro de Agricultura, Luis Macas es un saraguro
de 54 años de edad que preside la CONAIE. Exige la expulsión de la petrolera Oxy
y la convocatoria de una Asamblea Constituyente que refunde Ecuador como estado
plurinacional. Y no descarta aspirar a la presidencia.
¿Es éste el momento de los indígenas de América?
Sí, es un proceso muy lento, pero el movimiento
emerge con mucha fuerza.
¿Cuál es la situación actualmente en Ecuador?
No nos quedamos en indigenizar el país, queremos
construir un Estado diferente, plural, identitario.
Los indígenas suponen alrededor del 40% de los 12 millones de ecuatorianos. ¿Qué propone la CONAIE al conjunto de la población?
No queremos regresar 513 años atrás. Aquí hay
mestizos, indígenas, afroecuatorianos y unos pocos blancos. De ninguna manera se
tiene que sentir amenazado nadie por la propuesta indígena, un país no puede ser
modificado por un sector racial que ponga una camisa de fuerza a los demás. No
puede ser que quede nadie excluido.
Uno de sus ejes de actividad es el cultural.
Es necesario conocer el pasado para decidir qué
futuro queremos. Uno de nuestros ejes fundamentales es la educación
intercultural bilingüe, un programa nacional que funciona desde el 88 y que es
más que un derecho, es una obligación con la verdadera historia.
¿Cuál es el posicionamiento político de la CONAIE?
El movimiento indígena históricamente ha tenido
una posición de lucha contra las taras coloniales. Eso nos identifica no con el
izquierdismo elaborado, sino con la izquierda en un contexto universal.
¿Cuál es la conexión de CONAIE con el partido Pachakutik-Nuevo País, que tiene 10 diputados, además de Alcaldías y gobiernos provinciales?
CONAIE gestó Pachakutik, igual que otras
organizaciones en el campo, en la educación, en la universidad... Es un
movimiento alternativo hacia el cambio social y la transformación económica.
Pachakutik ayudó a subir a la presidencia a Lucio Gutiérrez, que en 2005 fue depuesto por una revuelta popular ¿Quedaron tocados por ese pacto?
Sí. Ha habido un desgaste porque Pachakutik
propició esa alianza, pero fue burlado por Gutiérrez (Pachakutik abandonó el
Gobierno de Lucio Gutiérrez después de 204 días, en 2003) y hubo consecuencias
gravísimas en nuestra credibilidad.
¿El movimiento indígena estudia alianzas con otras fuerzas en torno a un candidato para las presidenciales de octubre?
Primero hay que gestar una agenda mínima. La discusión no ha de ser la candidatura, sino la propuesta.
Usted ya fue diputado por Pachakutik en 1996 y ministro con Gutiérrez en 2003. ¿Podría ser ese candidato de consenso?
Yo quiero terminar este periodo, porque la gente
confió en mí para presidir la CONAIE. Ni me excluyo, ni me postulo.
Una de sus propuestas es la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Sí, porque las estructuras del Estado, que son
las mismas de la colonia, se están desmoronando. Aquí un año no hubo Corte
Suprema de Justicia, llevamos como diez presidentes en menos de diez añosŠ Hay
que establecer las bases de un Estado que nos cobije a todos.
¿Por qué se opone al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos?
No creo que sea un tratado de libre comercio, es
un control absoluto de la región. La comunidad andina debió levantar una lucha
común, sin someterse sumisamente como Colombia y Perú, pero nos hemos dividido.
El imperio es feliz.
Si no es un tratado de libre comercio, ¿qué
es?
Lo que se quiere en realidad con el TLC es el control de
recursos: biodiversidad, propiedad intelectual...
¿Y las consecuencias?
Serán para los pequeños y medianos agricultores, los que alimentan al país,
porque las grandes explotaciones son las que exportan. Como el maíz: el país se
abastece con 500.000 toneladas y EEUU quiere colocar esa cantidad, el que no se
coman los caballos nos lo echarán acá.
¿Hay miedo a competir?
No es miedo a competir. ¿Dónde está la tecnología en Ecuador? ¿Y la educación? ¿Y la salud? No estamos en condiciones de competir. Es un tratado entre un niño y un adulto.¿Prefiere alianzas con Cuba, Venezuela y
Bolivia?
En este momento histórico, hay la obligación de
posicionarse en esa dirección: un eje por la soberanía política, territorial y
alimentaria.
¿Esta integración americana podría llevar a
la reunificación de pueblos indígenas separados por las fronteras
estatales?
Ya existe una coordinación del pueblo kichwa en Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia. También mantenemos contactos con los pueblos sometidos de Estados Unidos y Canadá. Las organizaciones de la cuenca amazónica se han dividido lastimosamente por presiones de las transnacionales.
¿Cuáles son las prácticas de estas
corporaciones transnacionales?
El Estado hace concesión de territorios sin consultar con las nacionalidades que los habitan. Las compañías compran a dirigentes indígenas, lo que ha provocado las divisiones en la Amazonía.
¿Cuál es el caso concreto de la Occidental Oil and Gas Corporation?
La Oxy ha cometido como cuarenta violaciones de la legalidad. Vendió el 50% de sus acciones a la canadiense Incana, violentando la Constitución al vender territorios como si fueran suyos. En general, la participación del Estado en estas concesiones es mínima: 20% para el Estado y 80% para la compañía, pero en el caso de Oxy es de un 12% para el Estado y un 88% para la petrolera. Un gobierno honesto debería haber declarado la caducidad de ese contrato hace tiempo.
Los comunicados de CONAIE siempre terminan con una proclama de tres frases en kichwa:
¿Ama killa?
No ser ocioso.
¿Ama llulla?
No ser mentiroso.
¿Ama shuwa?
No ser ladrón.-