OSASUNA 1
MALAGA 1
IRUÑEA
Casi 17.000 aficionados, muchos de ellos siendo receptivos al llamamiento del club e interrumpiendo parcialmente sus vacaciones de Semana Santa, padecieron en propias carnes uno de los espectáculos más insufribles en lo que se lleva de temporada. Cuadro técnico y plantilla ya avisaron hace unas fechas que en las últimas jornadas no iba a haber mucho fútbol, pero nadie se podía esperar que hubiera tan poco juego, por no decir nada de nada.Una cosa es no lanzarse al ataque de manera desesperada desde el pitido inicial permitiendo que te puedan fulminar a la contra y otra bien distinta caer en la relajación de asumir que sea el el farolillo rojo quien lleve la iniciativa en tu propia casa y poner a prueba la paciencia de la parroquia que ya puso sobre aviso al equipo de lo que se avecinaba.
Y es que el Málaga le pasó por encima a Osasuna en cuanto a la escasa creación de juego que hubo en este soporífero choque, así como en lo que se refiere al control del ritmo del partido, pero los de Aguirre no se inmutaron ante el dominio sin pegada de los andaluces.
Contradiciendo la filosofía del técnico mexicano, quien reconoció esta misma semana que sus pupilos sufren si no disponen del balón, el once rojillo apenas tuvo el esférico en su poder de manera continuada por espacio de más de medio minuto y vio cómo los visitantes se imponían en la medular gracias a la asfixiante presión de Juan Rodríguez y Marcelo Romero.
El equipo daba la sensación de agotamiento queda por aclarar si en el apartado físico o en el mental calcada a la vivida ante el Getafe, y de la que se recuperó en Gasteiz. Como si El Sadar ejerciera un efecto de adormidera, la fatiga de los rojillos se fue incrementando a medida que transcurrían los minutos.
Penalti inexistente
Ni siquiera un inexistente penalti transformado por el infalible Patxi Puñal a la media hora por aquello de que lo importante es el resultado pudo hacer salir a los navarros de su particular empanada ni camuflar las miserias locales, que se dispararon de manera preocupante en la reanudación.
La gota que colmó el vaso de la inmensa paciencia de la forofada rojilla llegó mucho antes de que se produjera el definitivo empate. Al cuarto de hora de la segunda parte y tras dar un primer aviso Couñago al poste, Aguirre sacó del campo a dos jugadores con vocación atacante Webó y Raúl García para dar entrada a Sosa y Krutxaga, éste último protagonista desafortunado de la igualada, lo que desató las iras de parte de la grada, algo que no había sucedido a lo largo de la presente temporada y que rara vez acontece en El Sadar.La variación táctica, que dio sus frutos en el marcador en anteriores jornadas pero no en cuanto a una mayor sensación de seguridad del bloque, propició que el equipo diera bastante más pasos atrás en su colocación en el campo de los debidos.
La escuadra navarra se quedó sin salida de balón y apostó por postularse a la falta de acierto del rival, argumentos bastante pobres para quien aspira a la segunda posición. Y curiosamente fue quien llevaba un año sin ver portería el que hizo mínima justicia a los méritos de uno y otro.
El nuevo traspiés de Osasuna en El Sadar, donde los
jugadores parecen sentirse más incómodos que lejos de su estadio, permite que el
Valencia, que se impuso claramente al Espanyol, abra hueco en la pugna por la
segunda plaza y da vida a un Celta que ahora se ha colocado a cinco puntos de
los navarros.
Pitos por los cambios realizados por
Aguirre
Aunque no los primeros, hacía bastante tiempo que desde la grada de El Sadar no se oían tantos silbidos. Las variaciones de Aguirre en la segunda mitad terminaron por desquiciar a la hinchada rojilla, que aspira a ver jugar mejor a su equipo, tal y como lo ha hecho en partidos anteriores.
Después de un año, Morales volvió a
marcar
El que fuera delantero de Osasuna, el uruguayo Chengue Morales, volvió a marcar después de todo un año y lo hizo precisamente en el que fuera su anterior estadio. A pesar de su prolongada sequía, el charrúa tuvo el honroso detalle de no celebrar el tanto por deferencia al club que le trajo a Europa.
La Policía española entró en Graderío
Sur
Agentes de la Policía española volvieron a irrumpir una vez más en Graderío Sur para proceder a la identificación y expulsión de algunos aficionados. La entrada de los uniformados se produjo durante el descanso y, al parecer, dos hinchas fueron expulsados del estadio con posterioridad.