Raimundo Fitero
Riesgos
Creo que los sicólogos de ambulatorio deben abrir consultas especializadas en aquellos que vamos cogiendo pánico a la carretera. Los riesgos han aumentado de una manera exagerada y no se trata de hacer caso a las campañas de la DGT, sino mirar las estadísticas y las circunstancias. Más carreteras, en mejores condiciones, pero muchos más automóviles, con mejores medidas de seguridad estáticas y en movimiento, no hacen sino aumentar los riesgos. El que esto escribe no ha sufrido jamás un accidente de consideración y lleva algunos kilómetros en sus riñones. Pero empieza a tener auténtico pánico.
Mi estado nervioso está alterado, y yo decido aparcar el coche, no circular en días de concurrencia masiva y vacacional, pero estoy pendiente de las noticias, y cuando alguien cercano a mí está en la carretera me quita el sueño. No ayuda mucho el modelo de campaña intimidatorio que se utiliza, pero entiendo que desde los lugares de responsabilidad empiecen a estar al borde de la desesperación. Lo reitero: “no podemos conducir por ti”, me parece uno de los mejores mensajes dictados desde un ente que intenta concienciar a todos los usuarios. Pero es insuficiente. Cuantos más automóviles circulan, mayores son los riesgos. Estadística recreativa.
Pero hay detalles que me desmoronan. En Pontevedra se ha producido uno de los accidentes más graves de esta semana con el resultado de cinco muertos. El conductor era un muchacho de dieciocho años que no tenía carnet. Circulaba a ciento cuarenta por hora con un deportivo coreano. Invadió el carril contrario y atropelló a dos motos, muriendo sus cuatro ocupantes. La quinta víctima era su madre que iba de copiloto. ¿Por qué la madre le dejó el coche y que lo condujera? ¿Cuántas dejaciones de esta índole suceden asiduamente? La educación vial va a acabar siendo un instrumento civil, algo que se va a hacer imprescindible.-
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