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Prodi araña las dos presidencias del Parlamento y Berlusconi capitula al fin
La coalición de Romano Prodi obtuvo ayer una victoria importante, aunque más ajustada de lo que hubiera deseado. L’Unione logró imponer a sus candidatos en la presidencia del Senado y de la Cámara de Diputados, eso sí, necesitó cuatro votaciones. Berlusconi aceptó por fin su derrota y anunció su dimisión para el martes.
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ROMA
El líder de la coalición ganadora de las elecciones generales italianas, Romano Prodi, puede respirar tranquilo por ahora, ya que ayer logró colocar a sus candidatos en la presidencia de la Cámara de Diputados y el Senado, aunque para ello fueron necesarias cuatro rondas de votaciones. A pesar de sus insistentes mensajes de calma, Prodi no las tenía todas consigo. La exigua ventaja sobre La Casa de las Libertades, que capitanea el primer ministro, Silvio Berlusconi, anunciaba una votación reñida. Y así fue. La sesión que despertó más expectación fue la de la Cámara Alta. En la primera sesión, celebrada el pasado viernes, se votó tres veces, pero nadie obtuvo la mayoría necesaria. El candidato de Prodi, Franco Marini, tuvo que esperar a la cuarta votación de ayer para ganar. Este, de la formación centrista La Marguerita, se impuso por nueve votos al veterano democristiano Giulio Andreotti, siete veces primer ministro y la baza política con la que Berlusconi trató de arañar votos para dar a uno de sus aliados la presidencia de la cámara. El intento de Il Cavaliere fracasó, pero a la vez Prodi vio frustrada la esperanza de que su candidato fuera elegido en la primera o segunda vuelta para transmitir un mensaje de estabilidad política a los italianos. En la Cámara de Diputados, mientras, se eligió ayer como presidente al dirigente de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, también aliado de Prodi, que obtuvo la mayoría absoluta en la cuarta ronda de votaciones. La designación de Bertinotti, candidato único, la daban por segura todos los partidos políticos, dado que en la cuarta votación bastaba con el respaldo de la mitad más uno de los diputados, y la alianza L’Unione cuenta con 347 de los 630 escaños. En sus discursos de investidura, los nuevos presidentes hicieron un llamamiento a la unidad. El líder comunista, que dedicó su designación «a los obreros y obreras», subrayó la necesidad de dar credibilidad a las instituciones democráticas. Mientras, Franco Marini pidió, como presidente del Senado, compromiso por parte de todos para acordar «juntos las mejores opciones para el país».
Berlusconi despeja el camino Poco después de las votaciones, el primer ministro saliente, Silvio Berlusconi, anunció que presentará su dimisión el próximo martes, durante su último Consejo de Ministros. Así, Il Cavaliere deja libre el camino para que Prodi forme Gobierno.
Prodi quedará entonces a la espera de recibir el mandato del presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, para formar un nuevo Gobierno. Sin embargo, se desconoce cuándo tendrá lugar, ya que el mandato de Ciampi expira el 18 de mayo, y él ha manifestado sus deseos de que sea su sucesor quien encargue la formación del Ejecutivo.
Comunista elegante pero sin concesiones
Líder de los comunistas italianos Refundación Comunista surgió tras la conversión del histórico PCI en la formación socialdemócrata DS (Democráticos de Izquierda), este milanés de 66 años ha logrado convertir a su partido en un socio necesario de la coalición de Prodi. La Presidencia del Congreso es el resultado de los 41 diputados y 27 senadores logrados por su formación en unos comicios marcados por la disputa entre el primer ministro electo y Berlusconi. Reelegido el 6 de marzo secretario general del partido, que dirige desde 1994, es conocido como «Fausto el Rojo». Habla italiano con un claro acento turinés, pronunciando las erres a la francesa, lo que acentúa su estética elegante. Su gusto por lo mundano le convierte en objeto de las críticas de la derecha, que no se cansa de mostrarle en sus medios en salones y recepciones al lado de cardenales y mujeres elegantes. Excelente orador y con una imagen muy mediática de «actor» con sus ojos azules muy claros, Bertinotti es la antítesis de Prodi, el profesor, hombre discreto y monótono. Berlusconi y los suyos utilizan estas imágenes tan distantes como argumento, asegurando que Prodi es rehén de su aliado comunista, y augurando poco tiempo al nuevo Gobierno. Fueron las desavenencias de Bertinotti con Prodi las que provocaron su caída en 1998 y, tras la decisión de Refundación Comunista de presentarse en solitario en 2001, Berlusconi logró su victoria. Bertinotti defiende con vigor aquellas decisiones y la soberanía de su formación, como cuando se negó a retirar a un candidato a diputado que reivindicó el derecho de la resistencia iraquí a luchar contra las tropas italianas. - GARA
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