Ha querido la agenda política que esta nueva edición de Nafarroaren Eguna llegue en un momento en el que aflora con más nitidez si cabe la reclamación de que los navarros y navarras puedan decidir sobre su futuro. En el plano del discurso, el derecho de decisión y los límites que desde algunas esferas se tratan de poner al mismo, marca sin duda el debate, transcurrido un mes del alto el fuego permanente declarado por ETA. Desde Nafarroa, el Gobierno que preside Miguel Sanz, y su fiel escudero, el CDN de Juan Cruz Alli, preocupados como pocos por el peligro de que alguien fuera de Nafarroa decida por los navarros y las navarras, optaban recientemente por sellar un pacto para cerrar el paso a un gobierno con presencia abertzale. Ejercían de lobos cuidando del rebaño, al coartar el derecho de la ciudadanía a decidir mediante la firma de un acuerdo anti- democrático que dice mucho del pánico que provoca a la derecha navarra que este país alcance un escenario democrático en el que sus habitantes, sin exclusiones, puedan decidir, sin coacción alguna, entre los diversos proyectos políticos existentes.>>>

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