Es una de las costumbres de las multinacionales. Los recortes de plantillas, las deslocalizaciones, la flexibilidad de horarios... y todas y cada una de las medidas que se anuncian como imperativas para la supervivencia de estas compañías no se aplican en periodos de crisis sino en épocas de bonanza. Los números que hizo públicos ayer Volkswagen van en consonancia con esa práctica. La multinacional del automóvil que meses atrás anunciaba su intención se suprimir nada menos que 20.000 puestos de trabajo sólo en su país de origen, Alemania, cuadruplicó sus beneficios en el primer trimestre de este año con respecto al ejercicio de 2005. La compañía que esta semana anunciaba, vía prensa, que prepara el traslado a Eslovaquia de un tercio de la producción del Polo que fabrica en la planta de Landaben ha registrado el mejor resultado trimestral desde 2002. Nada menos que un 367% más que en el mismo trimestre del año pasado ha ganado la multinacional. Y lo ha hecho no gracias a las aportaciones de sus socios, si no al tirón de la marca VW. Un resultado, el de la multinacional, que pivota sobre la mejora de las ventas pero también sobre la reducción de costes.

Esos son los datos a considerar a la hora de valorar los pasos que está dando el gigante alemán en sus relaciones con los empleados de su planta navarra. Por resumir, VW mantiene una polémica por la firma del convenio que dura más de un año. En ese periodo, los trabajadores de Volkswagen han mantenido la que se podía denominar una pelea de perfil bajo, es decir, han marginado las fórmulas más duras de lucha en sus negociaciones con la dirección. Tal actitud de responsabilidad no ha sido suficiente para la dirección, que sigue cerrada ante unos planteamientos que se antojan absolutamente asumibles, sobre todo a la vista de los resultados de la multinacional.

Esa actitud y el hecho de que el traslado al Este europeo de parte de la producción de Landaben se viene anunciando desde años atrás llevan a pensar que no es la disputa por el convenio la razón clave a la hora de descargar de trabajo a la factoría navarra. Las razones para ese traslado hay que buscarlas en la estrategia de acumular beneficio de una multinacional a la que el Gobierno de UPN ha puesto alfombra roja y ha agasajado con medallas de oro de Nafarroa. Volkswagen tiene un balance bien saneado, luego está de más que Miguel Sanz pida a cada paso cuentas a los trabajadores. -