Hay momentos en la vida en que, por tales o cuales circunstancias, es mejor estar callada que hacer el ridículo. Por lo menos, no mostrar de forma ostentosa el desasosiego que le produce a una no estar en el centro mismo de la escena. Dar grititos desde una esquina para llamar la atención es, simplemente, patético.

Algo así le pasa a Pedro J. Ramírez, que ayer se despachaba en “El Mundo” con un editorial digno de estudio por algún especialista. Al modo de un Salomón, el director de "El Mundo" ­y no de la humanidad entera, como parece creer­ repartía premios y castigos en la judicatura hispana.

Aplaudía, por supuesto, al juez Grande Marlasca porque, en su negativa a autorizar la salida de Otegi y Barrena a Dublín, el juez «incide en un razonamiento que destacábamos ayer en estas páginas: que carece de sentido permitir la salida de dirigentes de un partido ilegalizado que pretenden hacer propaganda de su causa en el exterior cuando están en libertad bajo fianza». O sea que, como el juez dice lo que dijo Ramírez, es buen juez. Y lo peligroso del viaje de Otegi y Barrena es que cuenten por el mundo su visión de las cosas. ¡olé con la libertad de expresión! Además aprovecha el viaje para castigar el higadillo a uno de sus monstruos familiares: «Lo lamentable en este asunto es la actitud de la Fiscalía, que no solamente se había decantado por permitir el viaje de Otegi sino que además ha adoptado una serie de resoluciones ­por acción u omisión­ en las últimas semanas en las que ha interpretado la ley de forma favorable a Batasuna».

Y tampoco deja pasar la ocasión para acreditar su vocación íntima: espía. Y si no, comprueben para qué manda a algunos de sus empleados a la calle: "No hay, por el momento, razón alguna para bajar la guardia respecto a Batasuna, que, como se pudo constatar anteayer, convirtió el entierro de Jokin Goristidi en Deva en un acto de exaltación de ETA, aunque es justo reconocer que Otegi no se sumó a los vivas a la banda terrorista". Lo dice todo él mismo.

Y termina con su propia sentencia, como si alguien le hubiera erigido en juez de algo: «si Batasuna quiere volver a ser un partido legal y concurrir a las elecciones del año que viene, sólo tiene un camino: repudiar la violencia de forma clara, romper sus vínculos con ETA y aceptar las reglas de juego de la democracia. Mientras no lo haga, la Fiscalía debería respaldar las actuaciones del juez Marlaska». Un Salomón con corbata hortera. - msoroagara.net