EIBAR 0
TENERIFE 1

EIBAR

Volvió a ponerlo casi todo ayer el cuadro azulgrana para sumar tres puntos que, ante u n rival directo, habrían redoblado su valor. Pero fue el Tenerife el que se llevó el gato al agua, tras 93 minutos dedicados prácticamente en exclusiva a aguantar.

Son comprensibles los abrazos de los jugadores chicharreros a la conclusión del encuentro o las risas de Bernd Krauss en sala de prensa. La victoria les mantiene fuera de los puestos de descenso y deja prácticamente eliminado a uno de sus rivales directos. Igualmente lógicos los lamentos ­con lágrimas incluidas­ de su anfitrión:el balón de oxígeno que supuso la victoria en La Condomina se esfumó ayer, el Eibar vuelve a asfixiarse cuando sólo restan ya siete jornadas para el final de campeonato, el margen de error se ha reducido a la nada.

Habrá que creer, al menos, a Javi Pérez y sus jugadores cuando aseguran que morirán matando, viendo la actitud que mostraron ayer. Probablemente el triunfo del pasado sábado también tuvo mucho que ver en un Eibar más tranquilo de lo habitual. Con un único cambio en el once ­Iker Garai por el sancionado Mairata­ el equipo saltó al campo sin prisas, pero sin pausa. Se hizo desde el principio con el control del partido ante un Tenerife que se dejaba hacer, consciente de que el empate inicial era algo más que un mal menor.

Pese al dominio azulgrana, Bernardo no tuvo excesivo trabajo. Sí una opción para lucirse, en la jugada que debía haber decidido el encuentro. En el minuto 26, Almirón derribó a Azkoitia en el área, Solabarrieta cogió el balón... y se cumplió la maldición de los penaltis. Como sucediera hace un par de años en el Sadar, la afición armera está pensando en empezar a pedir córner cada vez que uno de sus jugadores cae en el área:nada menos que cinco han fallado, frente a los tres que han convertido en gol.

Pero el triunfo de Murcia seguía ejerciendo su influencia y el Eibar no se vino abajo ante la adversidad. Ni siquiera en la segunda parte, cuando el Tenerife se estiró, eso sí, muy tímidamente y a rachas. Los eibarreses, de hecho, lo aprovecharon para lanzar alguna contra que bien pudo traducirse en gol:Iñigo estrelló en el lateral de la red una buena combinación con Azkoitia, Arriaga, en buena posición, envió fuera tras dormirse...

A diez minutos del final, la grada calentó gargantas y el equipo se echó arriba, acogotando a su rival. Tuvo el triunfo en la mano, con un centro envenenado de Manel desde la zurda que Bernardo envió a córner junto al larguero. Pero como viene siendo tristemente habitual, la ilusión se hizo añicos de inmediato, ya en el minuto 94, con una contra conducida por Leche que Cristian Alvarez, sin oposición, empujó a gol en el segundo palo.