El presidente del Gobierno espa�ol, Jos� Luis Rodr�guez Zapatero, cerr� ayer con Josu Jon Imaz la ronda de contactos abierta tras el anuncio del alto el fuego por parte de ETA. La Moncloa ha querido que estas reuniones sirvieran para ganarse el apoyo del resto de formaciones pol�ticas pero, de forma especial, para abrir un canal de comunicaci�n con Mariano Rajoy que le permitiera atar en corto al PP y para mostrar p�blicamente que el PNV tiene una relaci�n preferencial en esta materia. Para ello, Zapatero ha invitado no s�lo al portavoz jeltzale en el Congreso, como en el resto de los casos, sino tambi�n al lehendakari y al presidente del EBB. Es l�gico que en esta materia el Gobierno espa�ol quiera ofrecer un protagonismo singular al partido mayoritario en el �mbito del nacionalismo vasco, lo que ya no es tan l�gico es que el PNV conceda a Jos� Luis Rodr�guez Zapatero la batuta de un proceso en el que va a dirimirse el futuro de Euskal Herria para un largo tiempo. El discurso del PNV, al menos en este momento, est� volcado en el apoyo a Madrid y no concede ning�n protagonismo a la sociedad vasca. �Por qu� las vascas y los vascos debemos esperar a que el Gobierno espa�ol determine cu�ndo podemos empezar a hablar sobre nuestro futuro?

Josu Jon Imaz dio ayer dos motivos por los que el PNV comparte con el Gobierno espa�ol la estrategia de retrasar el inicio del debate pol�tico y desvincularlo del proceso de paz. Uno de los motivos aducidos es �tico. Podr�a ser aceptable si en ocasiones anteriores el PNV no hubiera dado muestras de ser mucho menos escrupuloso en esa materia, tanto gobernando desde el 85 con quienes acababan de dirigir el GAL, como alcanzado acuerdos pol�ticos con ETA en el 98. M�s sincero parece el motivo �pol�tico-partidista� de no querer aceptar que en 1979 hicieron una apuesta equivocada al aceptar el marco auton�mico o, m�s concretamente, de no querer asumir que la izquierda abertzale llevaba raz�n cuando afirmaba que el Estatuto y el Amejoramiento acentuar�an la partici�n y no servir�an para resolver el conflicto pol�tico. Pero la verificaci�n del fracaso del marco estatutario para resolver el conflicto no depende de que la mesa de partidos se constituya unos meses antes o m�s tarde, sino de la evidencia de que la mayor�a de la sociedad vasca considera que son necesarias unas nuevas reglas de juego porque las anteriores ya no sirven. Quiz� lo cierto es que la direcci�n del PNV tema a d�nde puede llevarle escuchar la voz de su pueblo y por eso prefiere aferrarse al gui�n de Zapatero. -