Maite Soroa
Cuestión de identidades
Angel García Ronda, hombre conocido por su militancia en el PSOE, se refería ayer en “El Correo Español” al currículo educativo vasco promovido por el Gobierno de Gasteiz y, de entrada, sentenciaba que «la formación del espíritu nacional ha sido siempre una de las querencias de los regímenes totalitarios y de los que aspiran a serlo». Y de ahí, el salto.Según García Ronda «desde el Gobierno vasco se dice que sobre las cabezas de los niños hay que atornillar el así llamado currículo educativo vasco». Y habla de «atornillar» porque «es evidente que tanto el Gobierno como su portavoz en la cosa educativa incurren en una confianza en el decreto administrativo mucho mayor que la que dispensan a la que denominan ‘cultura vasca’. Esta, al parecer, es tan débil que depende de una disposición legal; y la disposición es tan poderosa que evitará nada menos que la decadencia y la desaparición de toda una cultura». Pues no es eso, pero reconocerá García Ronda que todas las culturas del mundo incluida la española que tanto ama precisan de cobertura legal y apoyo público. Y si ése es el caso de todas las culturas del planeta, ¿por qué no la nuestra? Pero dice el autor que hay que «ponerse serios y llevar la cuestión hacia algo mínimamente aceptable desde un punto de vista intelectual». Miedo me da. Señala García Ronda que «lo específicamente vasco en el ámbito cultural se limita a dos terrenos: un idioma y un folclore. El primero, exento de purezas por la evolución normal en contacto con otras lenguas, en especial las otras dos que también son vascas, y una de ellas nacida y dando sus primeros pasos en geografías en las que se hablaba el idioma vascuence. El segundo, propio sí, pero lleno de reminiscencias y parecidos con otros pirenaicos, ibéricos y cantábricos». Lo mismo que les sucede a todas las culturas del mundo. No pasa nada. Pero lo que realmente importa al autor no es lo anterior
sino lo que sigue: «El invento de la identidad única y separada es meramente
político, hasta tal punto que sobre él se pretende montar un ‘marco de
referencia para toda Euskal Herria’». (...) Por si queda alguna duda de su
carácter sectario además de político la génesis de la ocurrencia está
en la Confederación de Ikastolas, organismo especializado en la filosofía de la
cultura y exquisitamente neutral, como todos sabemos». Ya queda clara la
crítica: de lo que se trata es de afianzar la identidad... española. - msoroa@gara.net
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