ATENAS
La capital griega acoge desde ayer y hasta el domingo la IV edición del Foro Social Europeo (FSE), que tiene lugar en el complejo olímpico de Hellenikon, a una decena de kilómetros del centro de Atenas.
Durante las jornadas del Foro, con el lema «Podemos tener otra Europa» y «El corazón de la resistencia latirá en Atenas», están previstos 277 seminarios, con la participación de 15.000 personas llegadas de todo el mundo encuadradas en centenares de organizaciones, y que abordarán los derechos de los trabajadores, la oposición a la ocupación de Irak y la eventual agresión a Irán, la emancipación de la mujer, los derechos de los pueblos a la autodeterminación, la emigración y la situación en Latinoamérica y Oriente Medio, entre otros temas.
Los organizadores del FSE han otorgado en esta edición especial atención a la construcción europea, un año después de los rehazos francés y holandés al proyecto de tratado constitucional de la Unión.
Los promotores de esta cita ponen el acento en el freno que esos resultados supusieron al avance del neoliberalismo en el continente, freno visible en las movilizaciones francesas contra el CPE, y en las luchas obreras en Alemania y Austria, escenario reciente de la primera huelga general en 60 años.
Los sindicatos presentes debaten un proyecto de Carta de Derechos Sociales y las dinámicas para apuntalar la defensa de los sistemas públicos.
La preponderancia sindical es especialmente visible en las delegaciones anfitrionas, donde destaca la presencia de las centrales GSEE y ADEDY.
El incipiente movimiento altermundialista griego espera crecer en esta cita, denunciada, eso sí, por grupos anarquistas, que han organizado una contracumbre y por el Partido Comunista Griego (KKE).
La manifestación de clausura del sábado puede ser la muestra de la pujanza del movimiento antiguerra en Grecia.