El proyecto del Ejército español de construir un cuartel-refugio en el Valle de Belagua, donde estaba prohibido cualquier tipo de edificación, generó un fuerte rechazo popular en los años 80. El Ministerio de Defensa argumentó que no se trataba de un cuartel sino de un refugio, pese a que ocupaba 10.500 metros cuadrados y tenía capacidad para unos 250 soldados. Aquel proyecto generó el rechazo del Ayuntamiento de Izaba y de la Junta General del Valle de Erronkari, no sólo porque iba en contra de las normas urbanísticas de la localidad, sino porque el Ejército escogió para el cuartel una de las mejores zonas de Belagua, concretamente el término de Yeguaceros, desde donde se domina todo el valle.
Al final, al Ejército español le bastó con invocar la «defensa nacional» para pasar por encima de cualquier normativa legal o prohibición institucional.
El comienzo de las obras, en junio de 1981, generó una amplia contestación popular y política. Los 28 clubes de montaña de Nafarroa se posicionaron en contra del proyecto militar, al igual que todas las peñas sanfermineras de la capital navarra. También lo hicieron el diputado foral Jesús Bueno Asín y el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro. Este recordó que se trataba de una «zona de protección especial» y que estaba prohibido construir en el Valle de Belagua.
Del mismo modo, la Agrupación Orhimendi, mayoritaria entonces en la Merindad de Zangoza, exigió que Yeguaceros continuase como “Zona de Plan Especial de Reserva Ecológica”, y denunció a UCD de Nafarroa por «querer engañar al pueblo navarro». Además, le acusó de apoyar el proyecto en revancha por no haber podido construir en el Rincón de Belagua un gran complejo residencial impulsado por Bankunión-Etudesa y vinculado al esquí. Este proyecto fue finalmente desechado debido a la fuerte oposición popular.
El partido entonces en el poder, UCD, respondió que el cuartel militar no suponía «ninguna agresión al paisaje». El presidente de la Diputación Foral de Nafarroa, Juan Manuel Arza, se inhibió en el asunto, y el cuartel se construyó en medio de grandes medidas militares de seguridad.
Ahora, un cuarto de siglo después, el Ejército español ha decidido que ya no le interesa seguir manteniendo el cuartel militar de Yeguaceros, por lo que quiere revertirlo a la Junta General del Valle de Erronkari.
En su sesión del día 17 de diciembre de 2005, esta Junta debatió un escrito enviado por el Ministerio español de Defensa en el que comunica que el Estado Mayor del Ejército ha declarado «sin interés militar» el refugio General Garrido, que es la denominación oficial del cuartel de Yeguaceros, construido en el término de Asperaluze.
Según una cláusula de la escritura de «cesión» de los terrenos realizada en el año 1980, el uso de los mismos será recuperado por el Valle de Erronkari «cuando voluntariamente el Ejército proceda a ceder en el uso y acuerde revertirlo junto a las edificaciones».
En esa misma sesión, la Junta acordó solicitar un informe técnico sobre la situación en que se encuentra la edificación, para que sea estudiado por una comisión compuesta por varios junteros, entre ellos su presidente, Agapito Boj.
La junta no lo quiere
El cuartel militar de Yeguaceros ha permanecido varios meses abandonado, y en la actualidad sólo está ocupado, y no de forma permanente, por un pequeño retén de soldados que se encarga de las labores mínimas de mantenimiento. Un foco permanece encendido día y noche en el interior del edificio, que ha sido rodeado por una valla y carteles anunciando que se trata de una zona militar.
A pesar del deseo del Ejército español de abandonar definitivamente este cuartel de montaña, la Junta General del Valle de Erronkari se niega de momento a recuperar para el Valle los terrenos y el actual edificio.
El propio Agapito Boj reconoció a GARA que la Junta «no tiene intención de pedir que revierta al Valle porque, lo primero, para arreglar ese refugio hace falta un montón de dinero, ya que está muy estropeado».
En este sentido, recordó que, según lo estipulado en 1980, «para la recepción del refugio, éste se deberá encontrar en un estado de conservación adecuado», y añadió que hace unos meses «los militares hablaron de si cederlo o no cederlo, pero en concreto no hay nada».
«Si dejaba de ser refugio militar, entonces pasaría automáticamente a la Junta del Valle, pero el refugio no ha revertido al Valle, sino que sigue siendo de propiedad militar», afirmó Agapito Boj.
En contra de lo que piensan algunos vecinos de la zona, Boj aclaró que el cuartel de Yeguaceros todavía sigue estando ocupado por soldados.
«Los militares no se han ido, lo que ocurre es que normalmente no se les ve, porque hay pocos, pero yo sigo viendo vehículos militares por allí», añadió el presidente de la Junta General de Erronkari. -
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