CASTEJON
Pese a la reducida respuesta que tuvo la manifestación de ayer entre la ciudadanía, la Plataforma de La Ribera + Centrales No se mostró satisfecha ante la nutrida representación de agentes políticos y sociales que concitó la movilización. Así, destacaron la presencia de representantes de Batasuna, Aralar, IU y Batzarre, junto a activistas de diversas asociaciones ecologistas y de algunos sindicatos y atribuyeron la escasa participación al mal tiempo registrado ayer.El mensaje de la iniciativa ciudadana fue igualmente positivo en lo que respecta a las ampliaciones que afectan a Castejón. «Las cosas han cambiado mucho», destacó Jesús María Tomás, quien apuntó que el Estado español deberá dar a conocer en breve los derechos de emisión, sujetos al cumplimiento del protocolo de Kioto, del que se encuentra muy lejano, por lo que avanzó que es posible que esos derechos se reduzcan de forma importante y por tanto muchas empresas reconsideren seguir con la actividad.
En este punto citó el proyecto de Hidrocantábrico, que ya dispone de las licencias preceptivas. Sobre esta ampliación destacó que la firma lleva siete meses anunciando el comienzo de las obras y aún no se ha producido. Explicó que Iberdrola lleva un retraso de un año sobre los plazos inicialmente previsto, y hoy todavía no cuenta con ninguna de las autorizaciones pertinentes.
«Todos los trámites y recursos a los que podamos
presentarnos»
N.G.
CASTEJON
Portavoces de la Plataforma de La Ribera + Centrales No destacaron al término de la manifestación que «en colaboración con un equipo de abogados hemos iniciado todos los trámites y recursos a los que podamos presentarnos y estamos trasladando a las instituciones europeas y tribunales todas nuestras alegaciones y argumentos para la paralización total y definitiva de las nuevas centrales térmicas».
Destacaron así que su labor no cesará hasta que se cumplan las exigencias de los más de 1.200 vecinos, que firmaron contra las ampliaciones de las plantas térmicas, y se mostraron convencidos de que «esto va a suceder, que nadie lo dude».
La iniciativa ciudadana pidió apoyo para hacer frente a una batalla «a la sinrazón y a los intereses especulativos de las empresas y de todos esos falsos políticos, auténticos profesionales en pervertir la voluntad popular». Denunciaron así la existencia de intereses personales, económicos y partidistas en la promoción de proyectos que suponen una «amenaza» para la salud de los ciudadanos.