Kidetza reclama financiación para seguir con los servicios de atención a menores
Kidetza, la Federación de Euskadi de Puntos de Encuentro Familiares, solicita a las instituciones que aumenten las ayudas económicas que derivan a cubrir el servicio de mediación familiar y coparentalidad. Lamentan que sin esa financiación el servicio corre el riesgo de desaparecer y aseguran que el uso de este recurso «ha aumentado considerablemente» durante el último año. Por otra parte, anuncian el acuerdo de cooperación con el PEF de Baiona.
DONOSTIA
La Federación de Euskadi de Puntos de Encuentro Familiar, Kidetza, solicitó ayer la intervención de las instituciones para que pueda seguir ofreciendo el servicio de mediación familiar y coparentalidad «en condiciones y lograr que este recurso no desaparezca». Este servicio trata de actuar como mediador en los conflictos de pareja que influyen en los menores, para proteger su integridad física y moral, impulsar la coparentalidad y restablecer la relación del menor con sus padres. Los responsables de Kidetza consideraron que este recurso se ha convertido en esencial para asegurar la integridad del menor, y señalaron que el incremento de casos de desestructuración familiar, maltrato y órdenes de alejamiento ha causado el aumento de la demanda. El presidente de la Federación, Justo Sáenz, exigió a las instituciones que aumenten la financiación destinada a los PEF porque «cubren una necesidad social cada vez más requerida por la ciudadanía». Asimismo, criticó que el servicio está sin regular, por lo que solicitó que se defina el modelo de los PEF y se estabilice su situación. En este sentido, resaltó la reunión que mantuvieron con el Lehendakari Juan José Ibarretxe y anunció que en la entrevista determinaron que será la Consejería de Asuntos Sociales la competente en materia de mediación familiar. No obstante, Sáenz criticó que, en general, las instituciones «se desentienden o miran a otro lado» alegando que no son competentes, «cuando nosotros estamos al límite de nuestras posibilidades y, si nadie hace nada, nos podemos ver obligados a tomar decisiones dolorosas». De hecho, aseguró que la actual financiación no da ni para cubrir los gastos de personal, y precisó que «muchos de los empleados han pasado a ser voluntarios, porque no se les puede asegurar un salario». Actualmente, la Federación cuenta con dos locales, en Irun y Donostia, para llevar a cabo su labor social. Los responsables del PEF de la capital guipuzcoana aseguraron que la escasez de recursos les ha obligado a limitar el horario de asistencia a tres días por semana.Asimismo, consideraron que el piso con el que cuentan es insuficiente: «Las instituciones nos dicen que no son competentes y miran a otro lado cuando hay una situación de riesgo real; cuando el espacio es reducido es más fácil que el riesgo estalle, por lo que creemos que en un local de 90 metros no se puede dar un servicio de calidad a ciudadanos que están viviendo un conflicto».
Cooperar con el PEF de Baiona
Antes de concluir, Kidetza anunció que la Federación ha llegado a un acuerdo de cooperación con el PEF de Baiona. En palabras del coordinador de Kidetza, Xabier Moñux, «los menores que están cerca de la muga podrán realizar sus consultas en Irun». El acuerdotambién recoge la posibilidad de que se realicen intercambios de profesionales para «contrastar situaciones» e impulsar la formación continua de los profesionales que trabajan en los PEF.
El número de casos se ha duplicado y la edad de los menores atendidos disminuye
A. A.
DONOSTIALos representantes de Kidetza destacaron que el número de casos atendidos por los PEF de Gipuzkoa se han duplicado en un año. Según los datos que se recogen en la Memoria de 2005, en el centro de Irun se atendieron un total de 50 casos frente a los 30 de 2004 y en Donostia fueron 123 las familias que requirieron mediación el año anterior fueron 74. Cabe destacar que la mayoría de los casos que se han atendido en los PEF han sido derivados de Juzgados el 84% del total, como consecuencia al incremento de las órdenes de alejamiento. La mitad, de 3-5 años En los datos facilitados también se puede apreciar que disminuye la edad de los menores afectados por conflictos familiares. Sobre esto, desde Kidetza destacan que la corta edad de los menores que atienden lleva a la necesidad de obtener instalaciones que se adecuen a las necesidades de los, en muchos casos, bebés. «El cambio de pañales, la necesidad de calentar biberones, darles papillas.... Conlleva a la necesidad de una cocina y, sobre todo, a la necesidad de más espacio», recalcaron. En la Memoria 2005 se aprecia que la mitad de los casos de entrega y recogida atendidos en Irun se dedican a menores de entre 3 y 5 años, mientras que sólo figuran cuatro casos en el grupo de mayores de 10 años. En Donostia, son 26 los menores atendidos en el PEF que superan esta edad.
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