Un vídeo recopila 35 relatos de testigos y supervivientes de la fuga de Ezkaba
Un documental de 65 minutos que se estrenará la próxima semana recopila por primera vez 35 relatos de supervivientes y testigos de la fuga del penal franquista de Ezkaba, una de las mayores y más sangrientas de la historia (207 huidos fueron fusilados en el mismo monte). Una historia recuperada a contra reloj 68 años después.
IRUÑEA
A falta de implicación institucional, la iniciativa popular sigue recuperando la memoria histórica de la guerra del 36. La próxima semana se verá por primera vez el documental «La gran fuga de las cárceles franquistas», que recupera la huida de Ezkaba, con unas dimensiones sin parangón a nivel mundial: el 22 de mayo de 1938, del penal ubicado en la cima del monte que corona Iruñea se fugaron 795 de los cerca de 2.500 encarcelados. El balance fue tremendamente sangriento: 207 fueron fusilados en los montes de Ezkabarte, 585 resultaron capturados en distintos pueblos de Nafarroa, y únicamente tres lograron el objetivo de cruzar la muga. Frente a ello, sólo uno de los carceleros, un centinela, murió en la refriega.El gran valor del documental es recuperar testimonios, un total de 35, de ex presos o personas que accedían al penal. Ha sido una labor de tres años, según explicó ayer el realizador Iñaki Alforja, basada en un trabajo de auzolan y hecha a contrarreloj, ya que algunos de los entrevistados superan los 90 años de edad. Los supervivientes son los más jóvenes de los encerrados en el penal.
También el Himno
En concreto, se recoge el relato de diez presos, cinco de ellos participantes en la fuga (la mayor parte de los encarcelados se quedaron en el fuerte por temor a represalias). Alforja destacó especialmente que «se recupera la figura de los llama- dos ‘presos gubernativos’, que eran sobre todo ciudadanos navarros detenidos y que pasaban a la cárcel sin ningún juicio, sin que exista por tanto ni siquiera un censo». También sobresale el testimonio de las mujeres que conocieron las dramáticas condiciones de vida del penal, que motivaron la fuga. «Habla una militante de la UTG, otra abertzale que tenía cinco familiares dentro de la cárcel...» Otra de las aportaciones es la recuperación del Himno del Fuerte, compuesto por Rogelio Diz, uno de los presos, y difundido entre ellos. Algunos de los supervivientes lo guardaban en su memoria y se lo cantaron a Alforja, lo que ha permitido reconstruirlo y grabarlo por vez primera en la voz del cantautor Fermín Valencia. El realizador del vídeo destacó en general la banda sonora y la ambientación de Javier Asín, «que ha dado vida al documental, ha dado vida a las piedras». El documental no cuenta con ayuda oficial alguna. La ofrecida por el Gobierno de Nafarroa fue rechazada porque las condiciones que se imponían hacían que «fuera más una traba que otra cosa». ‘‘La gran fuga de las cárceles franquistas’’ se podrá vez por primera vez el jueves en Zabaldi (Iruñea), dentro de un ciclo sobre la memoria histórica, y un día después en Antsoain.
«Se jactaban de haber matado a mi padre»
IRUÑEA Roberto Rocafort llevó a la presentación unos papeles amarillentos, recortados en algunos puntos por las tijeras de la censura: eran las últimas cartas que su padre, Javier Rocafort, envió a su madre antes de ser fusilado. Roberto difícilmente pudo contener las lágrimas al dar lectura a pasajes como éste: «Lo que quiero es que te encuentres bien y serena, Domi. Sabiendo eso, yo ya no tengo penas (...) Si yo hubiera sido de otra manera, no tendrías que pasar por esto». El preso Javier Rocafort no mencionaba en ningún momento la humedad que mataba a los presos de tuberculosis, ni el hambre atroz, ni las «sa- cas» para los fusila- mientos. «A mi madre le decía que estaba bien», dijo Roberto con voz entrecortada. Y añadió que después «supimos que le mataron unos carniceros de Sangüesa, lo supimos porque se jactaron de ello por ahí». Rocafort se declaró «muy dolido» por otra cuestión: «En el último atentado de ETA en Sangüesa mataron a dos policías, y a la semana ya tenían un monolito: en la guerra fusilaron a 45 republicanos, y hoy todavía no tienen ni una placa en una calle».
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