Júbilo en las calles de Nepal y críticas maoístas
KATMANDU
Las calles de Nepal se volvieron a llenar ayer de miles de ciudadanos pero esta vez no para manifestarse contra el rey, sino para festejar la decisión del Parlamento de dejar a Gyanendra atado de pies y manos para intervenir en la política del país.
Sin embargo, pese a que estamos ante «la victoria del movimiento histórico del pueblo nepalí», la guerrilla maoísta lo considera insuficiente. Recuerda que la declaración no hace mención a la creciente interferencia extranjera, a la reestructuración del Estado, así como a la autodeterminación y autonomía regional y étnica. Tampoco se abordan el sistema federal, reformas agrarias revolucionarias y derechos fundamentales a la educación, salud y empleo.
En Chitwan, los ciudadanos tiraron abajo una estatua del rey Mahendrapadre de Gyanendra.
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