MALAGA
El ex director de Deportes de la Universidad de Málaga, Sebastián Fernández, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal numero 8 de Málaga a una multa de 1.800 euros por el atropello el 15 febrero de 2001 de los hermanos ciclistas Javier y Ricardo Otxoa, que ocasionó la muerte de este último.
Fuentes cercanas a la familia explicaron que el conductor ha sido condenado por una falta de homicidio por imprudencia leve y otra falta de lesiones por imprudencia leve a dos meses de multa con una cuota de 30 euros y la retirada del permiso de conducir durante un año. Además, en el fallo se condena al ex director de Deportes, y por solidaridad con él a la aseguradora Axa, a pagar a Javier 1.574.962 euros y a los padres de los hermanos Otxoa 363.768 euros.
Este accidente se produjo en el término municipal de Cártama en la carretera que une la localidad malagueña de Campillos y la capital.
El conductor, durante el juicio oral, aseguró que el accidente se produjo cuando el ciclista, que iba por el lado izquierdo, invadió repentinamente su carril y como consecuencia del impacto el deportista cayó encima del capó de su vehículo y la bicicleta salió despedida, por lo que intentó frenar poco a poco, sujetando el cuerpo del joven «para que no saliera despedido». Respecto a la velocidad que iba, aseguró que rondaba los 60 kilómetros por hora y que iba en tercera.
Por otra parte, tres guardias civiles que declararon en calidad de peritos aseguraron que el conductor se pudo distraer al ver a los ciclistas y que dirigió inconscientemente su vehículo hacia ellos, invadiendo el arcén. Estos peritos mantuvieron durante el juicio que se produjo una desatención y uno de ellos dijo que porque «cuando te fijas en un punto, puedes irte hacia él, y eso no impide que puedas ser un conductor excelente».
En la vista oral tuvo que comparecer Javier Otxoa en calidad de testigo y aseguró en un comunicado que está «hundido en la muerte, pero vivo tras vivir un calvario tanto físico como mental» y con «limitaciones de unas secuelas que como cualquier joven quiere ocultar», bien sean estéticas, físicas y psíquicas.
El abogado de la acusación particular estudiará durante la próxima semana la sentencia y posteriormente determinará si está conforme a ella o si la recurrirá.