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Ocupación y resistencia en Irak
Al Qaeda confirma la muerte de Al-Zarqawi en un ataque aéreo de EEUU
·Estados Unidos y las autoridades locales celebran el «éxito» en una jornada que deja cuarenta muertos en diferentes ataques
El primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, anunció oficialmente la muerte de Abu Musab al-Zarqawi en un ataque aéreo llevado a cabo el miércoles por los estadounidenses. Al Qaeda reconoció la muerte del dirigente jordano e indicó que su desaparición «sólo incrementará nuestra determinación para continuar la guerra santa». Los expertos creen que la situación en Irak no sufrirá variaciones.
BAGDAD
«Se ha acabado con al-Zarqawi», afirmó el primer ministro títere al-Maliki, flanqueado por por el jefe del mando militar estadounidense en Irak, el general George Casey, y por el embajador estadounidense en Irak, Zalmay Jalilzad, en una multitudinaria rueda de prensa en Bagdad. El anuncio mereció una especial puesta de escena porque ni las autoridades locales ni los jefes de la ocupación podían dejar pasar la ocasión de celebrar el oportuno «éxito» en medio del gigantesco desastre de la ocupación. Los generales estadounidenses desplegaron sus mapas para explicar la operación una casa bombardeada como otras muchas que no merecieron similar tratamiento, mientras los periodistas rompían a aplaudir al anunciarse la muerte del jordano.
La escena recordaba otro anuncio, realizado en un lejano 14 de diciembre de 2003, el de la captura de Saddam Hussein. En su detención se intentó ver un posible cambio de rumbo para los intereses de los ocupantes, y ahora se destaca que la muerte de al-Zarqawi es un «duro golpe» para Al Qaeda que ayudará al Gobierno títere a acabar con el «terrorismo». Sin embargo, el papel del jordano ha sido exagerado de manera sistemática por EEUU, que le ha demonizado y utilizado para achacarle los atentados más sangrientos perpetrados en el país, los cometiera o no. El jordano, no obstante, sólo era una pieza, incluso discutida, dentro de las fuerzas que combaten a las fuerzas de ocupación.
Recientemente, el enigmático al-Zarqawi EEUU le dio por muerto en Afganistán antes de que reapareciera en Irak fue «degradado» por la propia Al-Qaeda, que criticó su manera de llevar la guerra y determinados atentados indiscriminados contra chiíes. Fue apartado de la dirección política y le mantuvieron como jefe militar.
Al-Malaiki celebra el «exito»
Al-Maliki explicó que al-Zarqawi murió en una operación de las tropas estadounidenses y de las fuerzas leales a Washington contra una vivienda ubicada al norte de Baquba, en la provincia de Diyala.
Cazas estadounidenses lanzaban a las 18.15 horas del miércoles, hora de Bagdad, dos bombas de 227 kilos cada una contra un conjunto de construcciones, donde el espionaje iraquí, según la Casa Blanca, había señalado la presencia del jordano, matando a al-Zarqawi y a otras siete personas.
Según el relato del general estadounidense George Casey, tras las bombas llegaron al escenario del ataque los militares iraquíes. Los ocupantes identificaro a al-Zarqawi por sus huellas dactilares, fotografías y cicatrices, explicó el militar.
Al-Maliki coincidió con Jalilzadeh en que la muerte de al-Zarqawi era un «éxito», e instó a las organizaciones que luchan contra la ocupación de Irak a acabar con sus ataques.
También señaló que la operación fue «resultado de la fructífera cooperación de ciudadanos iraquíes sobre el terreno», en alusión a que se logró gracias a la «colaboración ciudadana».
En julio de 2004, EEUU aumentó a 25 millones de dólares el premio por la cabeza del jordano la misma cantidad que por Bin Laden.
Jordania también se apuntó el tanto por la muerte de al-Zarqawi, y un alto responsable jordano afirmó que su país había participado en la operación. Este responsable dijo que «bautizamos la operación ‘los mártires de los hoteles’ en referencia las víctimas de tres atentados contra hoteles en Aman en 2005. La detención en Jordania el pasado mes de un «lugarteniente» de al-Zarqawi, Ziad Khalaf al-Karbouli, habría sido «crucial», según él.
Por su parte, Bush celebró la muerte y dijo que «ahora al-Zarqawi ha alcanzado su fin, este violento personaje nunca volverá a asesinar de nuevo. Los iraquíes pueden sentirse orgullosos por su nuevo Gobierno y sus primeros pasos para mejorar su seguridad», señaló Bush.
Sin embargo, el mandatario recordó que la desaparición de al-Zarqawi no pone fin a la labor del Ejército estadounidense en Irak ni tampoco tendrá incidencia en la posible retirada parcial de tropas este año.
Washington, entretanto, ya ha buscado al sucesor a al-Zarqawi, el egipcio Abu al-Masri. Destacados analistas egipcios acogieron con perplejidad el anuncio, ya que dicho nombre no es más que un seudónimo que significa «padre de los egipcios». Otro misterio.
Un mártir en el pueblo de Zarqa
La familia de Abu Musab al-Zarqawi recibió las condolencias de numerosas personas en su casa de Zarqa. «Fiesta del martirio, el héroe Abu Musab al-Zarqawi», dice una pancarta colocada cerca del domicilio familiar. Junto a la casa se apiñaban decenas de personas. Las mujeres van vestidas de negro, varias de ellas lloran. «Que Dios lo tenga en la gloria», gritó una de ellas. La Policía jordana también se dejó sentir. Abu Qudada, cuñado de al-Zarqawi, era entrevistado por Al Jazeera hasta que los policías detuvieron al cuñado y al reportero. «Su muerte será un incentivo para fortalecer el combate contra la ocupación en Irak», llegó a decir.-
Varios atentados con bomba provocan la muerte de casi 40 personas
BAGDAD
El «gran éxito» en la «lucha contra el terror» que se atribuyeron ayer con la muerte de al-Zarqawi no evitó que las calles de Irak se siguieran tiñendo de sangre. Varios atentados con coches bomba acabaron con la vida de 39 personas y provocaron heridas a decenas.
Apenas una hora después de que el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, anunciase entre aplausos la muerte de Abu Musab al-Zarqawi, una bomba explotaba en un mercado del sur de Bagdad y provocaba la muerte de 15 personas y casi treinta heridos.
Por la tarde, otro atentado con coche bomba dejaba 17 muertos y decenas de heridos en el mercado popular de Al Chuhada del barrio Al Amin. La explosión causó cuantiosos daños materiales en los comercios.
Cinco horas antes otro vehículo cargado de explosivos mataba a siete personas y hería a 17 en la plaza Al Uruba del barrio de Al Kazemiya, en el norte de la capital.
Mientras, el Parlamento dio el visto bueno al nombramiento de los ministros de Interior, Defensa y Seguridad Nacional propuestos por el primer ministro, Nur Al Maliki, con lo que se completa la formación del primer Gobierno permanente en el Irak ocupado.
Los ministerios, considerados tres de los más polémicos, estaban vacantes desde el pasado 20 mayo, cuando el chií Al Maliki presentó el resto de su Ejecutivo ante el Parlamento para recibir el voto de confianza. Sin embargo, las disputas entre los distintos grupos políticos habían impedido un acuerdo en torno a estas sensibles carteras.
Finalmente, el puesto de ministro de Interior será ocupado por el chií Yawad al Bulani, el de Defensa por el suní Abdel Qader al Yilani, y el de Seguridad Nacional por el kurdo Shirwan Al Waieli. Al Yilani obtuvo 142 votos, al Bulani 182 y Waieli 160, de un total de 198 legisladores que participación en la votación.
El líder del Frente del Consenso Nacional (FCN), Adnan al Deleimi, pidió que se aplazase la votación sobre el ministro de Seguridad Nacional debido a que las distintas «coaliciones del Parlamento aún no habían llegado a un acuerdo respecto a él», lo que fue respaldado por los diputados del Partido Islámico de Irak (PII). Sin embargo, tras un breve receso, Waieli obtuvo la confianza de la Cámara.
Los expertos creen que el «éxito» no cambiará la realidad del ocupado Irak
PARIS - WASHINGTON La eliminación de Abu Musab al-Zarqawi fue ayer objeto de analisis y, si bien muchos coincidieron en señalar que suponía una «victoria sicológica» y «política» para EEUU y sus títeres iraquíes, prácticamente nadie cree que la situación en Irak cambie por su desaparición. En opinión de Anthony Cordesman, del Centro de Estudis Estratégicos e Internacionales de Washington, «la tendencia de demonizar a al-Zarqawi y Al Qaeda en Irak es peligrosamente engañosa porque la insurrección es mucho más compleja y fuerte». Afirmar que Al Qaeda en Irak es responsable del 90% de los atentados suicidas es una estimación sesgada», anadió. Para el investigador principal del area del Mediterráneo y mundo árabe del Instituto Elcano (RIE), Haizam Amirah Fernández, la muerte de al-Zarqawi «no va a restar seguidores al movimiento yihadista ni va a mermar la determinación con que estos grupos quieren llevar a cabos su proyectos». Según el destacado dirigente de los Hermanos Musulmanes en Egipto, Muhammad Habib, aseguró que «al-Zarqawi ha acaparado más atención de la que se merece». Creo que hay muchos grupos relacionados con las fuerzas de la ocupación que son responsables de una serie de asesinatos y secuestros que eran atribuídos a al-Zarqawi», aseguró. El experto en movimientos islámicos, Dia Rashwan, dijo, por su parte, que su desaparición «podría suponer un hecho decisivo en favor de los grupos de resistencia iraquíes». «Estos grupos deberán demostrar a todos que al-Zarqaui no era el principal factor de la resistencia», aseguró el experto a la televisión Al Jazeera. Mamduh Ismail, un destacado abogado islámico, minimizó la posible influencia de la muerte de al-Zarqawi en la resistencia contra la ocupación extranjera en Irak y predijo «una era más violenta» protagonizada por sus seguidores. «Aquellos que creen que la muerte del mártir al-Zarqaui tendrá si quiera un mínimo efecto en la resistencia iraquí, están equivocados», dijo Ismail. No opinaba lo mismo Amro Shubaki, un experto en cuestiones islámicas y miembro del centro egipcio Al Ahram de estudios políticos y estratégicos. Shubaki cree que la muerte de Zarqaui «forzará a los movimientos radicales islámicos y pan-islámicos, como Al Qaeda en Irak, Yihad y otros, a retirarse y confinarse en sus países para luchar contra sus propios regímenes». Subrayó que no creía que su muerte fuera a contribuir al fin de la violencia sectaria en Irak, «porque ese fenómeno ya ha enraizado entre los iraquíes». A corto plazo, los expertos creen que su desaparición dará una inyección de moral a las tropas de ocupación, en un momento en el que los titulares de la prensa se han centrado en las matanza de civiles a manos de marines vengativos en Haditha.
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