IRUÑEA
Los aguiluchos cenizo, pálido y lagunero, éste último en menor medida, ubican la mayoría de sus nidos directamente sobre el suelo de los cultivos.Según explica la asociación Gurelur, el motivo por el que utilizan estos hábitats es porque en ellos encuentran protección para sus nidos, pasando así desapercibidos para los predadores y, además, porque en ellos encuentran la mayor parte de las presas que componen su dieta y con las que alimentan a sus polladas. No obstante, los nidos de estas rapaces resultan destrozados por la cuchillas de las cosechadoras, ya que coincide la presencia de los pollos en los nidos con la época de la siega, que se realiza en los meses de junio y julio.
Mucho antes del inicio del proyecto impulsado por Gurelur, algunos agricultores, cuando se encontraban un nido durante la cosecha, apartaban los pollos y seguían cosechando, en la creencia de que sobrevivirían con el cuidado de sus padres. «Esta acción, que demuestra la sensibilidad de algunos agricultores con el medio en que viven reconoce Gurelur, sirve de muy poco, ya que los pollos privados de la protección del cereal son presa fácil para los predadores».
Para evitar estas mortandades se puso en marcha el denominado «proyecto aguilucho» en el año 1989, cumpliendo esta temporada 17 años. Los trabajos se desarrollan durante los meses de mayo a agosto.
Se han salvado 1.106 pollos
Al igual que en años anteriores, el objetivo principal es concienciar al agricultor para que, en caso de tener conocimiento de la existencia de un nido en sus campos, deje sin cosechar una parcela alrededor del mismo, para garantizar de esta manera el normal desarrollo de la puesta. La producción de las parcelas respetadas les serán abonadas a los agricultores por Gurelur.El proyecto de esta asociación conservacionista ha salvado de morir a 1.106 pollos de aguilucho en estos 17 años. El año pasado se actuó sobre un total de 27 nidos (14 de pálido y 13 de cenizo), habiéndose conseguido salvar 51 pollos, de los cuales 27 eran de pálido y 24 de cenizo. En esta campaña actuaron diez voluntarios y se invirtieron 13.500 euros, aportados en su totalidad por miembros y simpatizantes de Gurelur.
Desde el comienzo del proyecto en el año 1989, Gurelur ha conseguido salvar de la muerte a 1.106 pollos de aguilucho, de los cuales 485 son pálidos, 599 cenizos y 22 laguneros.
«Sin el trabajo desarrollado dentro del proyecto, el aguilucho cenizo podía haber desaparecido de nuestros campos y el aguilucho pálido podría estar en peligro de extinción. Hay que tener en cuenta añade la asociación que si no se llevasen adelante estos trabajos de protección, morirían cerca del 90% de los pollos de aguilucho de los nidos existentes en los cultivos».
El apoyo que viene solicitando la asociación Gurelur para poder llevar a cabo el «proyecto aguilucho» tiene «una respuesta muy positiva por parte de los agricultores navarros, que han adoptado el proyecto y sus objetivos como propios», señala la asociación.
