BRASIL 2
AUSTRALIA 0
DONOSTIA
Habrá que ir cambiando el dicho porque, al menos en este Mundial, Brasil no es la que mejor juega pero sí el que siempre gana. Como sucediera en su partido inaugural ante Croacia, la canarinha cuajó ayer un mal partido pero, haciendo lo justo para ganar, se llevó tres puntos que le sitúan en octavos de final.La efectividad de los brasileños la pagó en esta ocasión Australia, que mantiene sus opciones de clasificación le bastará un empate ante Croacia, pero que podía, y debía, encontrarse en una situación aún mejor. El equipo de Guus Hiddink lo hizo casi todo para, por lo menos, empatar, pero le faltó la que ayer fue, precisamente, la mayor virtud de su rival:la capacidad de culminar sus ocasiones.
Casi todas ellas llegaron en la reanudación, después de uno de los primeros tiempos más aburridos de lo que llevamos de Mundial. Los socceros dejaron el control a su rival; pero sólo aparentemente, porque el choque transcurrió por los derroteros que les interesaban, con un Brasil partido por la mitad, incapaz de llegar al área en jugada y cuyas intentonas de gol se limitaron, así, prácticamente a un disparo de Kaká desde la frontal, que se marchó fuera. La propia Australia creó más problemas a Dida, con sendos disparos de Viduca desde la frontal que detuvo el guardameta brasileño, y un remate de Bresciano que se fue por encima del larguero.
El partido cambió por completo nada más reanudarse, gracias al gol de Adriano. Fue la primera combinación en condiciones de Brasil:Ronaldinho, Ronaldo y remate final de Adriano, para poner por delante a su equipo.
Fue lo mejor que le pudo pasar al encuentro, que se abrió por completo a partir de ese momento. Para infortunio del campeón, que sufrió de lo lindo hasta que, en el último suspiro, llegó la sentencia.
Y es que ésta no es la seleçao que se esperaba. Se animó ligeramente con el gol, pero en cuanto Australia se decidió a buscar la remontada volvió a mostrar todas las carencias que tantas críticas le costaron tras el primer encuentro y en las que ha había incurrido ayer durante el primer tiempo. Problemas para defender, los hombres destinados a la creación Kaká, Ronaldinhoprácticamente desaparecidos, los puntas incapaces de crear peligro con los pocos balones que les llegaron... Y Dida a trabajar, claro, porque sin enamorar pero con constancia, Australia no dejó de buscar la portería rival. Un contragolpe de Bresciano, que se plantaba solo en el área, que Zé Roberto desbarató en el último momento, una volea de Sterjovski que se marchó por encima del larguero, una cantada de Dida que Kewell desaprovechó en inmejorable posición, un remate de Emerton al lateral de la red, Kewell a la contra por encima del larguero... El pentacampeón estaba sufriendo de lo lindo.
La salida de Robinho revitalizó un tanto a su equipo, al aprovechar su velocidad para encontrar huecos en el estirado equipo rival, pero las mejores ocasiones seguían siendo para Australia. Incluyendo un espectacular remate que Dida despejó junto al palo, un balón peinado por Viduca que se marchó fuera por poco, y un nuevo remate de éste que se fue por encima del larguero.
Pero cuando la posibilidad del empate se veía más cercana, Brasil volvió a tirar de su mejor arma. A la primera, Kaká dio en el larguero y a la segunda, tras tocar también Robinho en el palo, Fred aprovechó el rechace para sentenciar. La celebración de los brasileños lo dijo todo.
BRASIL. Australia consiguió que el juego de Brasil resultara tan anodino como en el primer partido. La canarinha, de hecho, apenas creó cuatro ocasiones claras de gol. Dos dieron en el palo a remates de Kaká y Robinho y las otras dos, en el fondo de las redes. La primera, a cargo de Adriano; la sentencia, obra de Fred.
AUSTRALIA. El equipo de Guus Hiddink no vio puerta, pero no le faltaron ocasiones, sobre todo en el segundo tiempo en el que tuvo contra las cuerdas a su rival. Las más claras llegaron a cargo de Kewell, que envió fuera un balón cuando se encontraba en inmejorable posición, y un espectacular remate de Bresciano que Dida despejó junto al palo .
