Visita crítica al último tramo de la Eibar-Gasteiz
·Benzerrotx y Eguzki exigieron «preocuparse por las necesidades sentidas» de los vecinos
Convocada por Benzerrotx Kultur Taldea y Eguzki, se celebró ayer una marcha al entorno en que desarrollan las obras del último tramo de la autopista Eibar-Gasteiz. Los convocantes exigieron el fin «de la política del hormigón» y pidieron «preocuparse por las necesidades de nuestros pueblos».
GASTEIZ
La marcha partió a mediodía desde la iglesia de Mendiguren, a los sones de una txalaparta y se dirigió al entorno en que se desarrollan las obras, en Etxabarri Ibiña, concretamente al lugar en el que los responsables políticos ubicaron la primera piedra. Hubo presencia de efectivos policiales, de la Ertzaintza y la Guardia Civil.Allí celebraron un acto en el que recordaron que la Diputación de Araba defendió, en su día, que esta autopista no era necesaria, en base a que no compensaba la ocupación de tierras fértiles requerida y teniendo en cuenta que hay vías alternativas. Cabe señalar asimismo que la práctica totalidad de los vecinos y las juntas administrativas de la parte de Araba han alegado y rechazado este proyecto. Tras contemplar cómo se van amontonando tierras fértiles, recordaron que se ha producido un cambio de postura por parte de la institución foral alavesa y valoraron que, «una vez más, la respuesta de las instituciones ha sido la imposición pura y dura». Durante el acto simbólico celebrado en Etxabarri Ibiña los congregados observaron asimismo que los trazados de la nueva autopista y del Tren de Alta Velocidad discurren aquí en paralelo. En este contexto llamaron la atención acerca de que «en lugar de que el TAV detraiga vehículos privados y camiones de las carreteras, aquí se ejecutan las dos, multiplicando el impacto ambiental para ir al mismo sitio y en paralelo». Ecologistas y vecinos abordaron, asimismo, el hecho de que los residentes y propietarios del entorno en cuestión están recibiendo a la vez, en la actualidad, actas de expropiación con motivo del TAV y de la Eibar-Gasteiz. Exigieron de los responsables políticos el abandono de «la política del hormigón y del pelotazo de la obra pública y preocuparse de las necesidades sentidas y reales de nuestros pueblos».
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