ARGENTINA 2
MEXICO 1

BILBO

México se lo puso difícil. Salió en tromba a por el partido y Argentina se vio sorprendida por el ímpetu de los de Lavolpe. Partían como víctimas, pero quisieron darle la vuelta a su condición imprimiendo una velocidad vertiginosa a su juego. Tenían estudiado a su rival e intentaron atacarle en sus puntos débiles. La albiceleste es un equipo que emplea un ritmo tranquilo y los aztecas les buscaron las cosquillas por ese flanco.

Y lo consiguieron porque antes de que se cumpliera el minuto cinco, Márquez mandó a las redes una falta en el segundo palo. Argentina ni se lo creía ante el vendaval de agresividad que tenía enfrente. Pero la alegría en casa del pobre no suele durar mucho y Crespo igualó el marcador en un córner con «ayuda» de Borgetti.

Pese a ese involuntario error, la incursión del delantero del Bolton en el once inicial resultó determinante para su selección. En la fase de grupos evidenciaron una falta de definición alarmante en ataque, sobre todo ante Portugal, pero con Borgetti en el campo sus compañeros se crecieron. Fue un auténtico incordio para Ayala y Heinze.

En vez de venirse abajo, México continuó en la misma línea. Salvo un par de ellos ­Márquez y Borgetti­ que juegan en conjuntos importantes en Europa, la mayoría son desconocidos y militan en la liga azteca. Pero actuando como equipo y dando el 200% en cada acción, la albiceleste sufría para detener sus acometidas. Pardo ejercía de líder en la creación y dos de las novedades en el once, Guardado y Castro, hacían daño entrado por las bandas.

Argentina no daba la sensación de poder imponerse, estaba impresionada por el potencial mexicano. Caminaba sin rumbo aturdida por el potencial que tenía el contrario. Porque cuando el ritmo de los aztecas decayó, Riquelme seguía desaparecido al igual que los demás hombres ofensivos. Incluso, por poco se les termina por derrumbar el sueño ya que al filo del descanso se libraron de la expulsión de Heinze, que se despistó al sacar el balón jugado y tuvo que hacer falta para detener a Fonseca que se iba solo hacia la portería.

La actitud del combinado argentino cambió en la reanudación. Pekerman les debió de hacer entender que tenían que tomar las riendas y así lo hicieron. Controlaban la posesión de la pelota, aunque a un ritmo demasiado lento. Constante sí, pero no lo suficiente porque Maxi, Saviola y Crespo se desesperaban. Riquelme no conectaba con ellos. Un pase en profundidad suyo a Saviola fue su mejor aportación, pero el conejo remató al centro.

La pérdida de Pardo también se notaba en México. Les faltaba claridad en la medular y salvo Borgetti en un par de ocasiones no hicieron trabajar a Abbondazzieri. El encuentro parecía abocado a la prórroga y Pekerman dio entrada a Tévez, Aimar y después Messi con la esperanza de poder terminar con su naufragio. Los cambios tampoco resultaron ya que México estaba muy metida en el partido, pero dejaron una jugada para la polémica. El árbitro anuló un gol legal de Messi por un fuera de juego dudoso en el descuento. La joven estrella del Barça tiene unos movimientos eléctricos y con el esfuerzo realizado parecía que podía erigirse en el salvador de su selección. Pero fue Maxi el que se sacó de la chistera un espléndido lanzamiento en la prórroga y metió a Argentina en cuartos.

 ARGENTINA . Scaloni cubrió la plaza de Burdisso en el lateral derecho. Los demás fueron los habituales. Riquelme desde la media punta, contaba con libertad en tareas defensivas, Maxi empezó en el interior izquierdo y Saviola por la derecha con Crespo como ariete puro. Mascherano y Cambiasso se encargaban de cubrir las ayudas en defensa desde el medio centro.

 MEXICO. Lavolpe sorprendió con novedades. Borgetti, que no había podido disputar ningún partido hasta el momento, salió de inicio en la punta de ataque con Fonseca de acompañante. Morales y Castro se situaron en el centro del campo y por detrás una defensa de cinco con laterales con mucho recorrido.