BRUSELAS
Asafa Powell, el hombre más rápido de la tierra con una marca de 9.77 segundos en los 100 metros, aseguró ayer que puede rebajar esa marca en lareunión de Bruselas que tendrá lugar mañana. «Yo siempre doy lo mejor de mi, siempre intento superarme, y superarme significa lograr un nuevo récord del mundo», dijo el velocista jamaicano.
El estadounidense Justin Gatlin era, junto a Powell, el plusmarquista mundial de velocidad con la citada marca de 9.77 segundos, pero tras dar positivo en un reciente control antidopaje el atleta norteamericano ha sido desposeído de dicho récord y Asafa Powell se ha quedado en solitario como el atleta más veloz de todos los tiempos.
Powell lamentaba la sanción impuesta a Gatlin por su dopaje (ocho años de inhabilitación deportiva) y declaraba que «no es lo mismo pagar una entrada para vernos competir a Justin y a mi, que pagar para verme a mi solo; no vale tanto».
Gatlin recibió una suspensión por ocho años, aunque eludió una sanción de por vida, según se acordó ayer, después de que diera positivo por testosterona en abril por segunda vez en su carrera. A pesar de que la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) confirmó en julio, cuando el propio Gatlin hizo público el resultado de un análisis suyo en la reunión de relevos de Kansas, celebrada en abril, que un segundo positivo del estadounidense acarrearía una suspensión de por vida, las autoridades de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA) redujeron el martes esa sanción a cambio de su cooperación en la investigación del caso.
Cinco años antes, Justin Gatlin había dado positivo por anfetaminas, durante los campeonatos junior de Estados Unidos. En aquella ocasión, su sanción se redujo a un año porque la IAAF consideró que el velocista tomó un medicamento para corregir una enfermedad que le producía un déficit de atención. El campeón mundial y olímpico, de 24 años, verá cómo su plusmarca de los 100 metros lisos será borrada de las tablas.
La droga de Powell
Asafa Powell también se refirió a la cantidad de rumores que surgen cada vez que un atleta de elite consigue nuevas cotas: «La gente ahora habla de mi y de muchos otros atletas. Esto no va a afectarme porque yo sé mejor que nadie que estoy limpio. La única droga que consumo de manera reiterada es Dios: él es el único que me pone».