Los «stuckistas», dispuestos a poner en evidencia buena parte del arte actual
Los «stuckistas», pintores figurativos opuestos a los experimentos conceptuales de buena parte del arte actual, se han propuesto fomentar una «batalla de ideas», y para ello han decidido ridiculizar al director de la Tate Gallery, Nicholas Serota, en la primera muestra comercial del grupo en Londres. Y lo harán parodiando una obra de la polémica Tracey Emin. Ganar esa batalla será difícil, sin duda. De hecho, Emin acaba se ser designada representante británica en la Bienal de Venecia.
LONDRES
En el centro de la primera exposición que organizarán los stuckistas en Londres, habrá una imagen de Nicholas Serota examinando un par de bragas rojas colgadas de una cuerda, en clara alusión a la «cama sin hacer» de la polémica artista Tracey Emin, una de las finalistas del premio Turner que concede anualmente la Tate.La imagen de Serota, de la que es autor Charles Thomson, se titula “Sir Nicholas Serota decide una adquisición”, y en ella el director de la Tate Gallery se pregunta: «¿Es un Emin auténtico (valorado en 10.000 libras) o una falsificación sin ningún valor?». Thomson, cofundador de los stuckistas, describe la exposición, titulada “Go West” y que se inaugurará en octubre en la galería Spectrum, de Londres, como parte de una «batalla de ideas» sobre lo que es importante en el arte. Royden Prior, director de la galería, ha afirmado que los stuckistas son «buenos artistas» y que basta con fijarse en su arte «sin los anteojos de la política». Un museo nacional, la Walter Art Gallery, ofreció ya a los stuckistas una exposición de cinco meses durante la Bienal de Liverpool de 2004 y, este año, en la nueva bienal, habrá un simposio sobre “El triunfo del stuckismo” en la Universidad John Moores de esa ciudad.
El «Manifiesto Stuckista» Incluso hay quien les atribuye el mérito de haber influido en la decisión del marchante y coleccionista Charles Saatchi quien contribuyó al ensalzamiento de artistas como Emin, cuya «cama» adquirió en su día por una fortuna de volver a presentar pintura «pura» en las últimas exposiciones que ha organizado.
Sin temor a ser tachado de inmodesto, Thomson traza paralelos entre el grupo de que forma parte y los impresionistas franceses: «A ellos también los ridiculizaba todo el mundo al principio. Nosotros dijimos que una cama no es arte, y todo el mundo se echó a reír, pensando que no teníamos ni idea. Pero han pasado muchas cosas desde entonces y, finalmente, se nos reconoce», explica el pintor sobre el movimiento que fundó en 1999 junto a Billy Childish (quien lo abandonó en el 2001) y otros once colegas.El nombre lo tomaron irónicamente de la frase que espetó Tracy Emin a Childish, y que rezaba así en inglés: «You are stuck», que puede traducirse por «os habéis quedado ahí». El grupo publicó en 1999 el “Manifiesto stuckista”, que concede la máxima importancia a la pintura como medio y condena tanto el arte conceptual como el posmodernismo. Una de sus afirmaciones más polémicas es la de que «los artistas que no pintan no son artistas». Y, en relación con el famoso tiburón disecado de otro de los «jóvenes artistas británicos», Damien Hirst, argumentan: «Un tiburón muerto seguirá siendo un tiburón muerto, sin que importe el contexto. Con independencia de lo que los crédulos estén dispuestos a pagar hoy (por ese tiburón), el posmodernismo está destinado al basurero de la historia», afirma también el manifiesto. Fueron los stuckistas quienes denunciaron que la galería Tate Britain hubiese pagado más de un millón de euros al artista Chris Ofili, uno de los miembros del patronato, por la instalación titulada “The Upper Room”, que representa a Jesús y los apóstoles como figuras de aspecto simiesco. Desde el año 2000, los stuckistas han venido manifestándose regularmente a las puertas de la galería Tate Britain para protestar por el premio Turner, que, según ellos, pese al nombre del gran pintor que lleva, desprecia la pintura y favorece el arte conceptual. En concreto, acusan a Serota de tratar de imponer sus propios criterios en materia artística a todo el mundo, pese a que la galería Tate es una institución pública.
Emin, representante britanica en Venecia
GARA
LONDRES Los stuckistas no tienen fácil ganar la «batalla de ideas» que proponen. De hecho, apenas habían acabado de anunciar su exposición de octubre, cuando el British Council, organismo encargado de fomentar la cultura británica en el exterior, hacía público que Tracey Emin será la representante del país en la próxima Bienal de Venecia, que se celebrará en junio de 2007. De esta forma, Emin se convertirá en la segunda mujer que representará a Gran Bretaña en la historia de la muestra, después de que lo hiciera en 1997 la escultora Rachel Whiteread. Tracey Emin es conocida por sus discutidas obras, como “My bed”, la famosa cama deshecha, rodeada de condones, colillas de cigarrillos, botella de vodka y corcho de champán; o la tienda de campaña con los nombres de sus amantes. Según Andrea Rose, director de Artes Visuales del British Council, «el trabajo de Emin cada vez está más consolidado; es una cuentacuentos con una habilidad extraordinaria para eliminar todo lo superficial y expresar lo que subyace». Rose agregó que es un buen momento para contemplar el trabajo de Emin en el contexto internacional de la Bienal de Venecia y «con una cierta distancia del grupo de ‘jóvenes artistas británicos’, con el que consiguió notoriedad». Emin deberá crear una obra para el pabellón británico de la Bienal de Venecia. Los últimos representantes británicos en la muestra de la ciudad italiana fueron la pareja Gilbert y George.
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