Basta echar un vistazo a la actualidad de este agosto que ya se agota para comprobar que la actividad política no ha cerrado por vacaciones. Pero la vuelta a la actividad públicos por parte de algunos de los principales dirigentes políticos, el regreso de actos institucionales como el tradicional Consejo de Gobierno del Ejecutivo de Ibarretxe en el Palacio Miramar de Donostia el próximo viernes o la reanudación de los trabajos del Parlamento Foral de Nafarroa el 4 de setiembre, permiten poder hablar del inicio de un nuevo curso.Setiembre, en todo caso, no traerá un cambio de agenda. El eje del debate volverá a estar en el proceso de normalización democrática y su núcleo seguirá siendo la creación o no de la mesa de partidos. De ella dependerá no sólo el transcurrir del próximo curso político sino también, con toda probabilidad, de los que tengan que venir en el futuro.
En la caracterización de esa mesa, en sus objetivos, metodología y composición, quedarán definidos muchos de los parámetros en los que habrá de moverse el proceso y cuáles son sus límites. Porque hoy por hoy todavía sigue sin despejarse una de las cuestiones elementales de cara al futuro: si el proceso debe estar regido por la voluntad de la sociedad vasca libre y democráticamente expresada o debe constreñirse a los parámetros de la actual legalidad española.
Los «trabajos de cocina», que no avanzan a los ritmos inicialmente previstos, difícilmente darán frutos si no se resuelven estas cuestiones de fondo. No es un simple problema de metodología, como no lo es el hecho de que el PSOEse esté mostrando tan reticente a dar los pasos que de él se esperaban.
Habrá que ver qué recorrido final tiene la exigencia del PSOE de que la izquierda abertzale inicie un proceso de legalización de nuevas siglas para sentarse a hablar públicamente con ella. Otras fuerzas, como el Ejecutivo de Lakua, han mostrado su confianza en que ésta será una cuestión que se solucione según se vaya avanzando en el proceso. Pero, sin duda, seguirá siendo uno de los elementos de debate mediático, puesto que ya ha sido colocado interesadamente en las primeras páginas. Porque no se está hablando de la conculcación de derechos y la falta de igualdad que supone la ilegalización de la representación de una parte sustancial de la sociedad vasca, sino que se está presentando como un pulso caprichoso e incluso interesado desde un punto de vista partidista.
Presos
La exigencia de respeto a los derechos de los presos, y en concreto la demanda de su repatriación, ha estado permanentemente presente en la agenda de un sector de la política vasca, aunque no siempre haya estado en la primera página de la actualidad. En estos días vuelve a asomarse a las portadas. El «globo sonda» lanzado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, filtrando a “El País” que «descarta el acercamiento de presos hasta que Batasuna se legalice», ha hecho que desde diferentes instancias vascas se haya recordado que ésta es una cuestión de justicia que debiera ser previa a cualquier proceso de paz y normalización. Así se han manifestado la portavoz del Gobierno de Lakua y varios líderes, el último de ellos el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, que volvió a poner ayer la cuestión encima de la mesa.
En el Parlamento de Gasteiz se encuentra registrada por Ezker Abertzalea y Aralar la propuesta del Foro de Ibaeta en defensa de los derechos de los presos, a la que el tripartito ha presentado una enmienda a la totalidad. Su debate, en todo caso, no se producirá hasta el próximo mes de octubre y habrá que ver si se alcanza un acuerdo mayoritario. En algunos medios se ha especulado con la posibilidad de que de aprobarse alguna iniciativa ésta podría tener su traslación también al Congreso de los Diputados.
Por otra parte, tampoco cabe olvidar que el preso político Iñaki de Juana Chaos lleva ya 23 días en huelga de hambre, después de haber cumplido su condena y a pesar de ello seguir encarcelado por un nuevo proceso iniciado precisamente para impedir su salida de prisión. Su estado de salud y la evolución de su caso marcará también la agenda política de las próximas semanas.
Conferencia politica del PSOE
En el arranque del nuevo curso se sitúa también la Conferencia Política que el PSOE celebrará los próximos días 15, 16 y 17 en el Palacio de Congresos de Madrid y que teóricamente pretende afrontar los retos de la próxima década. En los ochenta folios de su ponencia marco apenas se hace una referencia de un párrafo a la situación de Euskal Herria dentro del epígrafe de «terrorismo» que, por cierto, está casi todo dedicado al «terrorismo global».
En esa única referencia se señala textualmente que «disponemos ahora de una seria oportunidad para poner fin al terro- rismo de ETA que ha golpeado a la sociedad española a lo largo de cuatro décadas. Una opor- tunidad cierta para acabar con la violencia. Los socialistas nos proponemos avanzar por un camino estrecho y difícil, que seguramente será largo y delicado, manteniendo con determi- nación los siguientes principios: firmeza en el respeto a la democracia y la vigencia del Estado de Derecho, unidad de las fuerzas democráticas, eficacia de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, esperanza de alcanzar el objetivo de la paz y dignidad y respeto para la memoria de las víctimas».
En cuanto a la «diversidad y cohesión territorial», la ponencia le dedica cuatro párrafos que recogen que «si por algo se caracteriza España es por su pluralidad lingüística, cultural y territorial» y añaden que «no es justo obligar a nadie a elegir entre las diversas identidades que posee este rico país».
En esta materia, el PSOE apuesta por «un proceso de actualización del Estado de las Autonomías, de ampliación del autogobierno, y de garantía de los intereses generales y de la solidaridad, llevado a cabo con los valores constitucionales del consenso, el respeto a los procedimientos establecidos y la aceptación de la pluralidad, [que] va a contribuir, al igual que procesos similares del pasado, a integrarnos en una sociedad más fuerte y cohesionada dentro de su diversidad».
Habrá que esperar a ver cuáles son las resoluciones finales y en qué tono se producen los discursos.
El papel de Ibarretxe
De lo que José Luis Rodríguez Zapatero diga en la Conferencia Política el 17 de setiembre se pasará en unos días a lo que anuncie Juan José Ibarretxe en el Pleno de Política General del Parlamento de Gasteiz, que normalmente se celebra el último viernes de setiembre pero que este año se ha adelantado al anterior, día 22. El lehendakari ha anunciado ya la presentación de una propuesta para facilitar la participación social en el proceso.
Pocas pistas hay, de momento, sobre el contenido de su iniciativa, salvo lo dicho recientemente por la portavoz del Eje- cutivo, Miren Azkarate, apuntando que las medidas «en cualquier caso, deben ser acordadas con el resto de fuerzas políticas y, fundamentalmente, con los distintos agentes. Son procesos novedosos en el espacio europeo».
Para la redacción del conocido como “Plan Ibarretxe”, Lehendakaritza remitió una encuesta a todos los domicilios y después se hizo una foto con las miles de respuestas recibidas, aunque nunca se supo de su contenido o de la utilidad que tuvieron para la redacción de Nuevo Estatuto Político.
También en el Parlamento de Gasteiz está depositado el Plan de Paz y Convivencia elaborado por el Consejo Político del Gobierno de Lakua y que no ha conseguido todavía atraer a ningún grupo parlamentario salvo los propios proponentes.
En realidad, el debate que todavía está sin hacer es el de cuál es el papel que el lehendakari y el propio Gobierno autonómico deben jugar en este proceso. Juan José Ibarretxe insiste una y otra vez en asegurar que su función será aquella que acuerden los partidos. Sin embargo, en ocasiones adopta un discurso de liderazgo que algunos agentes con notable peso específico, como el PSOEo la izquierda abertzale, no le reconocen.
En Nafarroa no hay problemas sobre cuál vaya a ser el papel del Gobierno foral en el proceso, puesto que está claro que los únicos movimientos que haga serán para tratar de sabotearlo. El debate institucional en este herrialde estará marcado por la cercanía de las elecciones al Parlamento y los ayuntamientos que condicionará todos los posicionamientos.
Reunion gobierno-ETA
El 29 de junio José Luis Rodríguez Zapatero anunció que el Gobierno español iba a iniciar un diálogo con ETA. En la misma comunicación señaló que a finales de setiembre el minis-tro del Interior realizará una nueva ronda de información a todos los grupos parlamentarios sobre el desarrollo del proceso que en aquella fecha daba por abierto.
Desde entonces y también en los últimos días han sido diversas las noticias cuya veracidad es difícilmente verificable sobre ese diálogo, sobre si se han producido o no reuniones y sobre el carácter oficial, oficioso, preliminar o no se sabe muy bien qué de las mismas.
Habrá por tanto que permanecer a la espera de conocer lo que los protagonistas de esos encuentros el Gobierno español y ETA decidan hacer público. La organización armada ya informó el 17 de agosto de que el proceso estaba en un parón y denunció las prácticas del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
El inicio del curso político, como puede observarse, se presenta intenso tanto en el ámbito público como en las relaciones discretas que habrán de mantener los diferentes agentes para dar salida a la situación de crisis que atraviesa el proceso. Y en todo ello, es preciso insistir, juega un papel fundamental la mesa de partidos. -