Migrantes expulsados mueren de sed
La ONG Médicos del Mundo denunció ayer la expulsión de 53 inmigrantes subsaharianos a Kandahar, una «auténtica tierra de nadie» entre el sur de Sahara Occidental y el norte de Mauritania, donde no poseen ni comida ni agua. Al menos uno de ellos ha muerto de sed. Los inmigrantes estuvieron en poder de las autoridades marroquíes, que ocupan Sahara Occidental, durante tres días, hasta que fueron expulsados el pasado viernes, aseguró la ONG.
MADRID
Según explicaron los inmigrantes al coordinador de Médicos del Mundo en Nuadhibu, Rashid Sherif, el grupo habría partido de dicha localidad mauritana en cayuco el 19 de agosto con rumbo al archipiélago canario. «El capitán perdió el rumbo y estuvieron dando vueltas en alta mar hasta acabar en la costa sur de Sáhara Occidental», manifestó Sherif. Allí fueron apresados por la Gendarmería marroquí, que los retuvo durante tres días, «periodo tras el cual fueron llevados en camiones hasta la frontera, donde fueron expulsados sin comida ni agua».Según el relato de los inmigrantes, ese mismo día, uno de los integrantes del grupo murió. Cuando el equipo de la ONG llegó esa noche a la zona encontró el cadáver de un ciudadano de Mali y a otras dos personas en un estado avanzado de deshidratación. «Las dos personas enfermas estaban tan agotadas que tuvieron que ser sus compañeros los que les ayudaran a beber y comer», explicó Sherif. El coordinador y el logista de la ONG desplazados a Kandahar les entregaron alimentos, agua y linternas para pasar la noche. «Nuestra presencia en medio de la noche levantó, en cierta medida, el ánimo de los migrantes, que se creían abandonados del mundo», señalaron. Asimismo, les facilitaron material para la higiene personal y plásticos para la construcción de refugios. El grupo está integrado por ciudadanos de Mali, Senegal, Gambia, Costa de Marfil y Guinea Conakry. «Muchos de ellos habían pasado entre uno y dos meses en Nuadhibu antes de embarcar en cayuco rumbo a Canarias», dijo el coordinador. No es la primera vez que ciudadanos subsaharianos son expulsados a esta zona inhabitada. Lo mismo ocurrió a finales de junio cuando cinco marineros fueron expulsados por la Gendarmería a esta franja. Allí permanecieron durante 22 días. Rabat actúa así por requerimiento de la Unión Europea.
Sectores que prefieren «trabajo ilegal»
GARA
VIENA Una solución a la entrada «masiva» de inmigrantes será imposible en el Estado espa- ñol mientras una parte del sector agrícola se siga beneficiando del trabajo ilegal de esta fuerza laboral que llega de Africa, según Wolfgang Lutz, del Instituto Demográfico de Viena. «Realizar sólo un control fronterizo no soluciona nada», dijo Lutz. Una relación de «empuje» dificultades en sus países y otra de «tiro» posibilidades de conseguir un trabajo ilegal en el sector agrícola son las causas de la entrada de inmigrantes. Las soluciones serían «invertir en el país de origen, reducir los factores de ‘tiro’ acabando con los trabajos ilegales que mantiene el sector agrícola del sur de España y un control fronterizo». Pero los políticos del Estado debaten sobre quién ha de acoger a quienes llegan a sus costas y el PP critica al Gobierno, que envía a la vicepresidenta De la Vega a Helsinki y Bruselas a pedir ayuda a la UE. El Gobierno de Lakua, entretanto, se muestra abierto a acoger a «algunos de ellos», según el consejero Azkarraga: «plantear que todos los que llegan a Canarias o Andalucía se reubiquen allí es un error».
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