BILBO
El pasado jueves, el uruguayo Fabrizio Ferrari se alzó en Gernika con el liderato virtual del Torneo Sub 23 de la Federación Vasca y ahora no está dispuesto a soltarlo tan fácil. «Voy a defenderlo a muerte», avisa.El ciclista del Azysa, de 21 años, llegó desde Uruguay a Euskal Herria en abril y enseguida dejó constancia de que no era una comparsa y venció en Iratxe también ganó en Santander. Su segundo puesto en Tolosa y el tercero en Gernika le ratifican como líder. «Espero que siga así. No me lo esperaba y creía que este año iba a ser de adaptación».
Ferrari, «un ciclista aguerrido», reconoce que el Torneo Sub 23 «no era un objetivo». «Cogí mis primeros puntos en Iratxe pero nunca le había dando importancia. Pensaba que había sido suerte, aunque en las últimas carreras sí que hemos ido a buscar el liderato. Ahora lo tenemos en la mano y voy a defenderlo a muerte porque me puede abrir algunas puertas».
Para conseguir su objetivo espera contar con la ayuda del equipo. «No es un bloque muy sólido, pero sí hay un par de corredores dispuestos y yo les estoy convenciendo para que me echen una mano», bromea.
Señala a los equipos Bidelan y Caja Rural como sus grandes rivales. «Son muy difíciles de vencer, pero hay que morir peleando».
Así le ocurrió el jueves en Gernika. Tenía dos opciones: buscar la victoria o apostar por el liderato como hizo. «Buscábamos el triunfo porque hace tiempo que el Azysa no gana carreras. Los dos corredores que venían conmigo no querían colaborar y entrando tercero teníamos el liderato».
Ferrari estará en Euskal Herria hasta el 30 de setiembre. «Me dieron un permiso de seis meses y justo me cubre el calendario». Quedan dos carreras Lekeitio (1 setiembre) y Bermeo (10). Con 61 puntos, sus perseguidores son Toribio (Caja Rural) con 50, Intxausti (Seguros Bilbao) con 45 y Lizarraga (Caja Rural) con 44.
Contacto con Otín
Ferrari llegó procedente de Santa Lucía, a 60 kilómetros de Montevideo. Gracias a un compañero en Uruguay contactó con Luis Otín, director del Azysa. «Hace un par de años intenté venir pero no encontré ninguna puerta abierta. Este año avisé con más tiempo. Un compañero mío que había corrido en España hacía cuatro o cinco años tenía conocidos aquí. Al final, Otín se arriesgó a traerme». Ahora reside en Bera en un piso del equipo.Nos cuenta que mamó el ciclismo desde que nació. «Soy hijo de un corredor que llegó a estar en la selección de Uruguay. Mi padre siguió en el ciclismo como técnico y tenía un equipo. Me viene de familia y me gustó desde chico, nací entre ruedas. Siempre tuve ganas, pero mi padre me estuvo aguantando y de chico no me dejó correr. Gané mi primera carrera con 15 años y no he parado hasta hoy».
Ferrari aclara que en Uruguay «no existe el ciclismo profesional» pero que «el nivel es aceptable en amateur». Sí que ha notado más cambio en los perfiles. «En Uruguay en totalmente llano, no hay puertos, y cuando vine acá me encontré con un mundo distinto al que yo conocía. Incluso mi cuerpo se tuvo que adaptar y en las primeras carreras tenía agujetas en los gemelos. En los últimos meses he perdido kilos y me defiendo mejor en los puertos».
Su objetivo último es ser profesional. «Por eso vine a un ciclismo en el que puedo aspirar a más, porque si me quedaba en Uruguay sabía que no iba a evolucionar. Aquí hay más oportunidades y pienso volver».