Luis Bandrés Unanue - Miembro de EAJ/PNV
Presos: hipócrita, ¿quién?
Leía el jueves 31 de agosto una noticia referente a una rueda de prensa en la que Jone Goirizelaia arremetía contra el PNV y calificaba de «hipócrita» al presidente del EBB, Josu Jon Imaz, por las declaraciones efectuadas por este político el lunes anterior, en las que reclamaba al Gobierno del Estado el que se proceda «con urgencia» al acercamiento de los presos de ETA a las cárceles del País Vasco, afirmando, además, que esto debería haberlo abordado el Gobierno central «hace mucho tiempo». Uno lleva ya el suficiente tiempo en la política como para no extrañarse de casi nada, pero es este tema, el tema de la situación de los presos vascos, en mi opinión, algo lo suficientemente serio, grave y delicado como para que sea tratado con el debido cuidado y no hacer de él bandera partidista. Y esto es lo que me ha causado extrañeza y rechazo de lo que he leído de las declaraciones de la mencionada mahaikide de Batasuna, el tratamiento ultra- partidista del mismo, al afirmar que, en lo que a la defensa de sus presos se refiere, el protagonismo le corresponde de forma absoluta a la izquierda abertzale. A mi juicio la mahaikide incurre, al menos, en dos errores de bulto que en política es obligación denunciar: uno es el de incurrir en contradicción con su propio grupo y el otro el de faltar a la verdad. Vayamos por partes. Contradicción con su propio grupo político: Todavía no hace mucho que Batasuna pedía a todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales que reclamasen al Gobierno central el acercamiento de los presos, cuestión en la que estamos totalmente de acuerdo. En este sentido, creemos que el PNV entra con pleno derecho dentro de la categoría de fuerza política, de ahí que Batasuna debiera congratularse de este posicionamiento acorde con lo por ella demandado y de ahí la incongruencia o contradicción en la que incurre la mencionada mahaikide. Parece ser que el PNV, haga lo que haga o deje de hacer, siempre es el «malo de la película» para Batasuna. Esto trae a mi memoria aquella jota navarra que con sorna cantaba «el Ruiseñor de la Ribera», Raimundo Lanas: «Si canto me llaman loco y si no canto cobarde, si bebo vino borracho, si no bebo miserable». Procedamos con más seriedad y, tras haber pedido la unión de fuerzas ante el serio tema aquí tratado, no hablemos de protagonismos de grupo, sino de conjuntar esfuerzos para lograr el buen fin deseado, que no debe ser otro sino el del acercamiento de los presos a sus lugares de residencia. En segundo término, está el faltar a la verdad: La dirigente de Batasuna, leemos, también tachó de «bastante hipocresía» que el PNV se refiera a esta cuestión (el acercamiento de los presos) cuando «no ha movido ni un solo dedo durante todos estos años para que la situación de los presos cambie». Ella sabe que esto que afirma no es cierto. Voy a citar un par de ejemplos por no cansar al lector. Sin ir más lejos este mismo año, el 6 de junio, el PNV junto con EA, EHAK y Aralar evitó en el Parlamento Vasco el que las ayudas a las familias de los presos, que los partidos PSE y PP pedían se anularan, salieran adelante. O yendo a la sesión de la Comisión de Derechos Humanos del mismo Parlamento del 26 de junio de 2000, en la cual se debatió el tema del acercamiento de los presos de ETA a propuesta del PNV, propuesta aprobada con el apoyo de EA y EH, en la que se volvía a pedir una reunión con los ministros del Interior español y francés, para plantearles los acuerdos del Parlamento Vasco (con el voto positivo del PNV) a favor del acercamiento de presos. El tono de esta sesión fue tan duro que el portavoz socialista acusó al PNV de «preocuparse más por los verdugos que por las víctimas». En esta misma sesión la Comisión aprobó, sólo con los votos del PNV, otra propuesta de este grupo en la que se instaba al presidente del Parlamento Vasco, entonces Juan María Atutxa, a que pidiera el apoyo de instituciones y organismos sociales al acercamiento de los presos a sus lugares de origen. Es decir, lo que en el 2006 pide Batasuna, como en otros tantos temas, incluida la autodeterminación, ya lo pedía el PNV, sólo que bastantes años antes. Esta es la realidad y como prueba ahí están la hemeroteca y las actas del Parlamento. El resto es faltar a la verdad, es ser «hipócrita», tratando de engañar a la sociedad, utilizando un tema muy sensible para muchos de nosotros que creo no merece tal tratamiento. -
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