Raimundo Fitero
Maletas
Dicen que la duquesa de Alba se montó en un avión de Iberia con todo su séquito y cuarenta maletas. ¿No son muchas maletas? ¿Cuánto séquito llevaba? Estas maletas de más de la duquesa impidieron que las maletas normales de los viajeros no aristocráticos se quedarán en tierra y se ocasionase un gran desbarajuste en el resto de los cien pasajeros sin títulos nobiliarios. Por algo España es un Reino, e Iberia la compañía de bandera que además lleva una corona en el logo. A lo mejor la señora duquesa hasta viaja gratis en esta compañía, porque considerará que es algo suya. Porque ella es muy suya, con sus maletas y sus latifundios, con sus hijos y con sus palacios, palacetes y mansiones. Y sus arbitrariedades consuetudinarias.
Iberia es un ente recurrente. Otra compañía de aviación de bajo coste había convocado, en una acción propagandística, a los ciudadanos en la barcelonesa plaza de Catalunya para que acudieran con una pancarta en contra de la compañía de bandera y a cambio les regalaban un viaje. Se presentaron tantos afectados, cabreados y con ganas de recibir un billete de regalo que se convirtió en un tumulto, en un altercado del orden público. Dicen que les salió el tiro por la culata. Yo diría que se demostró que son millares los que se sienten maltratados por las maletas de las duquesas y otras lindezas de Iberia.
No se sabe que se perdieran las maletas de ningún expedicionario de los chicos del baloncesto. Ahora sabemos qué canción era la que repetían en el vestuario tras ganar, en corro y a coro: una de Ricky López, un humorista de escenario muy peculiar y cuyo tema es la de un hombre que le paga a su novia una operación de pechos, y ella le abandona por otro. La Sexta recogió frutos de audiencias, y se retransmitió el homenaje en la plaza Castilla, y además de los ritos y saludos de rigor, las cámaras pudieron captar un incendio en una obra de un rascacielos en construcción a unos pocos metros del lugar. En la línea de aquel otro edifico que ardió y se esfumó. En el lugar donde Florentino Pérez y los chicos del ladrillo de Aznar hicieron uno de sus más bochornosos pelotazos. Se pudieron ver dos espectáculos por el precio de uno. -
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