Detectan mejillón cebra en la parte alavesa del Ebro
·La CHE ha confirmado su presencia en el salto hidroeléctrico de Puntelarrá
La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) confirmó ayer la presencia de mejillón cebra adulto en el embalse de Sobrón, en la provincia de Burgos, y en el salto hidroeléctrico de Puentelarrá, en Araba, ambos dedicados a la producción hidroeléctrica.
ZARAGOZA
El hallazgo de mejillón cebra en la parte alta del Ebro se ha realizado mediante una prospección preliminar de la zona por parte de la guardería fluvial del Organismo de Cuenca que se llevó a cabo durante la jornada del jueves.La inspección visual se desarrolló en esta zona después de que la CHE recibiera el pasado miércoles una comunicación de la Asociación para la Conservación y el Estudio de la Biodiversidad (ACEBI), que realiza distintos estudios para el Departamento de Biodiversidad del Gobierno de Lakua, en la que se informaba sobre la posible presencia de mejillón cebra en el curso alto del Ebro a su paso por las provincias de Araba y Burgos. Los biólogos de ACEBI se encontraban en la zona realizando un informe para Lakua y dirigido por el Museo Nacional de Ciencias Naturales sobre las poblaciones de náyades (un grupo de bivalvos), en Araba, cuando detectaron ejemplares de mejillón cebra y lo comunicaron a la Confederación. Este hallazgo confirma las sospechas de la existencia de mejillón cebra adulto en el Ebro aguas arriba de Zaragoza, donde el organismo halló la presencia de larvas en los últimos muestreos realizados. En la inspección realizada el jueves, los resultados de búsqueda de mejillón dieron positivo agua abajo de Puentelarrá, donde se halló el primer ejemplar adherido a un motor de riego. La Confederación ya ha solicitado para el próximo lunes la convocatoria de la reunión del grupo técnico del mejillón cebra, a la que ha invitado a las comunidades autónomas afectadas y otras potenciales.
Una amenaza ambiental
ZARAGOZA El mejillón cebra es un molusco bivalvo de agua dulce, que también resiste en aguas salobres. Procede de los mares Negro y Caspio, donde habita en equilibrio biológico y no es comestible, aunque no se considera tóxico. A partir del siglo XIX se extendió por Europa con la navegación fluvial de los ríos de esa zona. Esta especie invasora, detectada en el Ebro en 2001, se caracteriza por su rápida propagación y porque se reproduce con gran facilidad, provocando graves daños ambientales y económicos, al cubrir y tapizar todo el sustrato que encuentra a su paso inutilizando todo tipo de infraestructuras.
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