Se empeñan los medios pro-oligarcas y derechosos en Bolivia en calentar el ambiente y desestabilizarlo, insultar al pobre, potenciar el racismo y la discriminación, riéndose por ejemplo de la culturas de los originarios. Un ejemplo, lo publicado en “Correo de Sucre” por un tal Paulovich, que no escatima alabanzas a los conquistadores españoles, obviando el genocidio y hablando de retraso de 514 años en la historia sólo porque el gobierno actual no le gusta. Así no me es difícil comprender las pintadas vistas estos días en Santa Cruz; «Fuera Collas», «Evo indiorante» u otros de peor gusto.

Es obvio el fin que persiguen, pero lo que puede parecer aún más desconcertante es el silencio y la suavidad en el trato a la familia Bush, por ejemplo, que según varias informaciones habrían comprado en el alto Paraguay 40.000 hectáreas de tierras asentadas sobre el acuífero Guaraní, una de las mayores reservas de agua dulce del mundo que abarca Paraguay, zonas de Argentina, Brasil, y Uruguay, casualmente cercano a las reservas de gas de Bolivia.

En Bolivia es tan descarado el desvío de los recursos a manos de oligarcas o ajenos a los intereses de los propios habitantes, como que lo extraído en minas es llevado generalmente al exterior, las ricas reservas de Litio del salar de Uyuni próximamente serán extraídas por compañías norteamericanas, el gas lo llevan compañías como Petrogas, Repsol, etc. ­la primera por cierto con gran capital de la BBVA­. Como anécdota, hasta los billetes moneda se fabrican en España y las monedas en Canadá, curiosamente argumentan los fascistas pro-golpe de estado que esto debe continuar así y nunca como pretende el actual Gobierno, nacionalizando sus propios recursos, para solventar por ejemplo la pobreza. ¿Os podéis imaginar quiénes están potenciando el golpe próximo al gobierno legalmente elegido?

En Bolivia se perciben las mismas sensaciones de desestabilización e instrumentalización que llevaron a derrocar a Allende en Chile, todo suena a que de nuevo dictadorzuelos serán protegidos y colocados en el poder, al igual que fueron Pinochet, Somoza o Videla, con el consiguiente derramamiento de sangre y represiones ya repetidas en la historia, los argumentos que emplean los partidarios de estas actuaciones, siempre los mismos... «Estabilidad», «paz social», «inmadurez del presente Gobierno»...

Me despido con preocupación con la cita de un originario que me recordó: «pretenden que no sólo sigamos siendo pobres en recursos, sino también pobres en pensamiento y cultura». Los oligarcas no sólo saben ganar más y más riquezas a costa de los menos afortunados, sino que incluso no saben perder legalmente. Se ríen de su propio invento democrático. -