IRUÑEA
La sesión parlamentaria se había planteado como una especie de primer debate entre candidatos electorales, y a ese guión se atuvieron inicialmente tanto Miguel Sanz, que dedicó casi exclusivamente su discurso a enumerar logros de gobierno durante hora y cuarto, como sobre todo Fernando Puras. El recién nombrado cabeza de lista del PSN usó una expresión que trata de presentarle a la vez como alternativa y como opción continuista al dar a Sanz «las gracias por los servicios prestados». Este le respondería con desprecio evidente:«Sin ninguna acritud, yo no puedo agradecerle servicios prestados a Navarra porque no le conozco ninguno, señor Puras». La respuesta de Sanz tuvo tono agrio pese a que Puras le prometió, presentándose siempre como futuro presidente, que «trabajaré por garantizar» el marco de «Navarra propia y diferenciada». En el mismo tono conciliador, el portavoz del PSN aseguró que «en el proceso para el final de la violencia, que es una prioridad, no hace falta inventar ni reinventar nada». Puras admitió a continuación la necesidad de diálogo político, también en Nafarroa, aunque sin más concreción sobre cómo, dónde y cuándo. Lo hizo al indicar que «ETA no va a tutelar el diálogo político, tampoco entre los navarros. No hay que confundir el diálogo con ETA con el que tenemos que mantener aquí», resaltó.
Algunos portavoces se mostraron algo estupefactos ante el agradecimiento de Puras a Sanz. José Miguel Nuin, de IUN, indicó por ejemplo que su gestión «no merece reconocimiento, sino censura y rechazo». A partir de ahí, se dirigió a UPN:«Escandaliza que ustedes no muevan un dedo en favor del fin de la violencia». Le advirtió de que «el cambio político se va a producir porque lo va a querer la mayoría, nada más. Esta apuesta no comporta riesgos ni incertidumbres para nuestra libertad y nuestro futuro. Navarra no se juega aquí su historia ni su ser, lo que se juega es su gobierno. Porque su historia y su ser lo deciden los ciudadanos», recalcó.
«¿Qué va a aportar?»
Este último concepto se escuchó también de boca de Patxi Zabaleta (Aralar), que denunció el sometimiento de UPN a la estrategia del PPy le hizo ver que «la clave es respetar la decisión de los navarros y navarras. No hay otra identidad de Navarra que su voluntad», remarcó. Instó a Sanz a no vender la idea de «el Amejoramiento o el caos, porque Navarra existe mucho antes que el Amejoramiento, mucho antes que usted y yo».Su intervención denunció las exclusiones en el ámbito sindical o cultural, así como el maltrato al euskara. Y si bien reconoció que Sanz utilizó ayer otro tono, Zabaleta preguntó como conclusión «qué está dispuesto a aportar usted».
Desde EA, Begoña Errazti afirmó «no poder entender» la actitud de UPN cuando, en su opinión, hay «señales suficientes de que estamos ante un proceso irreversible». Citó actuaciones como el empeño de su diputado Jaime Ignacio del Burgo en el intento de ligar a ETA con el 11-M o el llamamiento de Sanz a parar cualquier iniciativa por la paz tras el incendio de Barañain. Las contrapuso con la decidida implicación internacional en favor de un proceso de resolución. «Habrá un momento en que ustedes tengan que cambiar», auguró la líder de EA.
Errazti instó a UPN a tener la valentía de implicarse en el diálogo multipartito y le animó recordándole que puede «aprovechar ahí su representatividad». Avisó, en cualquier caso, de que «tengan claro que los demás estamos en marcha, así que esto no lo van a poder vetar. Supongo que lo saben».
Desde los bancos de los socios del Gobierno, Juan Cruz Alli recogió el guante de estas apelaciones al diálogo multipartito, aunque dejando claro que «nuestra mesa está aquí, no allí», en referencia a la CAV. Admitió que «el futuro de paz lo tenemos que hacer entre todos, entre las fuerzas políticas legimitadas», y se declaró incómodo en la postura contraria al diálogo resolutivo: «No nos gusta que se nos esté reprochando que no participemos en esa escenificación». Errazti le animó entonces a implicarse más en los preparativos del diálogo; Alli no respondió.
Sanz, por contra, no aludió para nada a la mesa de partidos. Así, no profundizó en la frase inicial, a la que dieron gran realce algunos medios, de que hay «indicios esperanzadores» y «en estas circunstancias, con libertad, sin la amenaza terrorista de ETA, los navarros no tenemos nada que temer. Nos expresaremos mayoritariamente como siempre hemos hecho, con amenazas y sin ellas, para seguir siendo lo que somos:una Comunidad Foral, diferenciada, que se integra, a través de la Constitución, en la España de las Autonomías».
Argumentó también Sanz que «a pesar del terrorismo, Navarra ha tenido éxito político, social y económico, y eso merece una reflexión. No veo tampoco que se nos pueda achacar que estemos en contra de la paz».
«Ayudaríamos a Zapatero, otra cosa es que él se
deje»
UPN confirmó una nueva estrategia: tras oponerse a cualquier acción de Zapatero, le ofrece ahora un apoyo que parece buscar condicionarle. Así, sonó a novedosa la admisión de que «se atisban signos de que las pistolas y las bombas pueden dejar paso a la paz» y de los «indicios esperanzadores». Pero Sanz condicionó la paz al «respeto a la Constitución» y dijo en la réplica que «tenemos esperanzas, pero no fe ciega, porque quien nos la podía dar no nos tranquiliza. Ayudaríamos a Zapatero, otra cosa es que él se deje». -