Nebulosa
¿Está encanallada la vida política ahora, o es una manera de ser y estar de la clase política que lleva varias décadas en el mismo registro de barbaridad conceptual? Hace unos años se hablaba del «oasis catalán», y resultó que era oasis mientras gobernaban los de siempre, la franquicia de la derecha neoliberal que se abraza a la senyera para enriquecerse. Aquí vivimos en un mundo irreal, con un lehendakari irreal, que tiene un jefe de partido, muy real, Josu Jon Imaz, que aparece en las televisiones estatales con un discurso que es todo menos conciliador con el espíritu mayoritario de la ciudadanía vasca que quiere encontrar soluciones reales, tangibles y duraderas a la situación actual. Todo irá bien si, pase lo que pase con los presos, con la paz, la autodeterminación o el efecto invernadero se mantiene a estos señoritos al frente de las instituciones vascas. Eso lo tienen claro. El resto es secundario, anecdótico para sus fines.Bueno, es la nebulosa en la que me encuentro, tantos días con viento sur me han dejado con las ganas de mirar a la pecera y no al electrodoméstico esencial. Entre otras cosas, porque todos hablan de algo que sucede en un tablero virtual de intereses partidistas, y no en las mesas políticas, que es donde se encontrará con la salida del laberinto. O se intentará. Por lo tanto, las especulaciones y las intoxicaciones son bazas desmoralizadoras. Por eso, que los chicos del aznarismo tardofranquista más violento anden como andan diciendo burradas, insultando a la razón, poniendo todos los impedimentos posibles a que la supuesta rueda dé alguna media vuelta, debe entenderse como algo normal, lo mismo que llamar asesino y fascista a Manuel Fraga Iribarne. Eso es lo normal. Lo anormal es considerarlo un padre, madre o espíritu santo de ninguna democracia. Es como considerar a Bush un demócrata, cuando es simplemente un empleado de los fabricantes de armas y un violento congénito, un desestabilizador de la paz mundial. Un invasor, junto a sus muñequitos del guiñol. Yo sé que pongo la tele en horario de informativos y me entran escalofríos que no paran ni cuando llegan los deportes. -
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