Iñigo CABO | Profesor de la UPV y director general del proyecto «Closing Time»
«La cuestión es saber si el arte puede anticiparse a la realidad»
Iñigo Cabo, profesor de la UPV, es el director general del proyecto «Closing Time», que se está desarrollando en el marco de la XV Bienal de París, una de las citas artísticas más innovadoras del panorama internacional. El objetivo es estudiar la posibilidad de que el arte y, en general, las industrias culturales no se limiten a dar testimonio de la realidad, sino que, a través de la ficción y, en este caso concreto, a través de una película, puedan anticiparse a ella.
Iñigo Cabo se encuentra estos días en París, en la Universidad de la Sorbona, desde donde dirige el proyecto “Closing Time”, en permanente conexión telemática con sendos equipos con base en la Universidad de San Francisco de Quito y Bilbaoarte, coordinados éstos por Dayana Rivera e Iskandar Rementeria, respectivamente.El título del proyecto tiene su origen en las revueltas que sacudieron los barrios periféricos de las urbes francesas el año pasado, ante las que el Gobierno reaccionó imponiendo el toque de queda (“Closing Time”). «Alexander Gurita, director de la Bienal de París, y otros especialistas estuvieron en Bilbo exponiendo una serie de estrategias culturales, pero no mencionaron nada con respecto al toque de queda. Yo planteé entonces la cuestión de por qué nadie desde el arte o, en general, desde las industrias culturales había previsto una situación así», explica Iñigo Cabo. Este es el origen inmediato de un proyecto que se basa en una reflexión de fondo. «Partimos de la base de que, últimamente, el arte y las industrias culturales no hacen sino reflejar la realidad. Por decirlo de alguna manera, se han vuelto documentalismo puro, y, claro, ese documentalismo lo ejercen en diferido. De alguna forma, hacen lo que se supone que hacéis los periodistas: sucede algo y, después, dais cuenta de lo que ha sucedido». Lo que plantea “Closing Time” es que ese «hacer crónica de lo real» que, en opinión de los impusores del proyecto, caracteriza últimamente al arte, impide que éste y las industrias culturales «puedan ser por sí mismas». Para ser «autónomas de lo real», para ser por sí mismas, una de las cosas que podrían hacer sería utilizar los mecanismos tradicionales de la ficción. «Utilizar la ficción para ver si, saliendo de la realidad, son capaces no ya de reflejar ésta, sino de anticiparse a ella, para prever los futuros ‘toques de queda’», indica Cabo. Y cuando habla de «toques de queda» no se refiere sólo a los impuestos el año pasado en el Estado francés, sino a todos aquellos acontecimientos, como el de las Torres Gemelas, que, «por mucho que se diga, nadie había previsto, porque aquí continúa, aunque todas las políticas están orientadas para que las cosas salgan de una manera determinada, todavía hay, sin embargo, acontecimientos que nos sorprenden, porque nadie los había previsto». Así las cosas, lo que buscan los promotores de “Closing Time” es «saber si, a través de la ficción, el arte y las industrias culturales son capaces de anticiparse y hallar estrategias de cara a afrontar futuros «toques de queda». «Voy a poner dice un ejemplo quizá un poco banal, pero que creo que ayudará a comprender la idea: si las obras de Julio Verne no hubieran sido en su día consideradas como mera ficción, quizá algunos de los avances científico-técnicos que vaticinó se hubieran hecho realidad antes; del mismo modo, si la gente que en aquella época hacía análisis sociales críticos hubiera tenido más en cuenta esos avances, quizá hubieran podido prevenir cómo los poderosos iban a utilizar muchos de ellos en contra del propio pueblo. Pero puntualiza Cabo para evitar malentendidos nosotros no queremos crear una plataforma ni lanzar recetas mesiánicas. Esto aclara es una cuestión puramente técnica: ¿puede servir la ficción para anticipar futuros toques de queda?». A responder a esta pregunta está encaminado “Closing Time”, que se basa en un complejo dispositivo. Por una parte, de tipo telemático, algo imprescindible para tener permanentemente interconectadas las sedes de París, Bilbo y Quito. Por otra parte, al personal de los correspondientes departamentos de las tres universidades implicadas se les suman voluntarios seleccionados, así como cerca de medio centenar de personalidades invitadas, entre ellas, José Luis Brea, Ismael Manterola, Stephen Wrigth, DOJO Cinéma o Robert Todd. «Con todo esto explica Cabo, reproducimos lo que habitualmente hacen las industrias culturales, que es disponer de un enorme mecanismo de relación, comunicación y difusión. Si nos quedásemos ahí, el resultado sería obvio, en el sentido de que cualquier cosa que pudiera salir sería previsible. Pero nosotros lo que queremos es, a partir de ahí, empezar a hacer. También por eso hemos bautizado al proyecto como ‘Closing Time’, porque cierra el tiempo del discurso y abre el de un ejercicio ficcionario con vocación realmente anticipatoria». Para realizar ese ejercicio, Cabo ha recurrido, «sin ningún tipo de vergüenza artística», a un medio clásico, como es el cine, «que tiene un montón de procedimientos que nos vienen bien». Y es que, en última instancia, “Closing Time” se plasmará en una película. «Una película para todos los públicos, es decir, no será una película de arte y ensayo ni nada por el estilo», aclara. También publicarán un libro, «pero, dentro de la misma lógica del proyecto, no será un mero testimonio de lo realizado, sino un objeto artístico en sí mismo». La película se estrenará el próximo día 27 en Bilbaoarte, en una fiesta abierta al público que se retransmitirá en tiempo real a las sedes de París y Quito y en la que Split 77 y Mikel García interpretarán en directo la banda sonora. En 2007, Cabo presentará el filme en Boston, Austin,
París, Madrid, Amsterdam y otras ciudades. «Y esas presentaciones son las que
nos permitirán calibrar hasta qué punto el filme es capaz de transmitir esa idea
anticipatoria con la que lo estamos concibiendo». -
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