Duelo de «no me hagan hablar»
La sesión de control que el PP le dio alGobierno español el pasado miércoles en elSenado y en el Congreso de los Diputados harevuelto el gallinero. Las relaciones entreel PSOE y el principal partido de la oposiciónse sitúan en este momento en invitaciones ano seguir buscándose la boca y en el siempresocorrido «y tú más». Y, al final, el resultado es jactancia de la dureza y más inmovilismo.Nada bueno para el proceso.
La bronca entre el PSOEy el PPa cuenta del proceso de paz y normalización democrática no se atempera. Tras las acaloradas sesiones de control al Gobierno del miércoles en el Senado y en Congreso, donde el PP arrancó su ofensiva parlamentaria permanente, ayer fue el día del «no me hagan hablar» y del «y tú más».Abrió la jornada el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en una comisión del Congreso, calificando de «viles» las diatribas del PPde la víspera, cuando el portavoz en el Senado, Pío García Escudero, acusó a Zapatero todavía en la oposición de consentir conversaciones con «ETA-Batasuna» mientras mataban a Joseba Pagazaurtundua. Después Rubalcaba puso en marcha su memoria y recordó que durante los ocho años de mandato del PP nunca se habló de estos temas en el Parlamento, «a pesar de que hubo dos treguas». Cuando el PSOE tenía alguna duda, la planteaba directa y discretamente al Gobierno. Y dudas hubo, pero el actual ministro de Interior aseguró que jamás se conocerán. «Como yo fui el que las planteé nadie las sabrá nunca», dijo, para dejar caer a continuación que le venía a la memoria «una mañana concreta» y «un desayuno concreto». La contención enigmática y un tanto amenazante de Rubalcaba, contrastó con la locuacidad del secretario de Organización de su partido, José Blanco, que aprovechó su página web para recordar que durante la tregua de una semana que ETA ofreció en junio de 1996, el Gobierno del PP, acercó a Euskal Herria a 32 presos de ETA, mientras Ortega Lara se encontraba secuestrado. Ese «y tú más» de Blanco tuvo inmediata respuesta del portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana, que consideró intolerables las afirmaciones, «no solamente por su mal gusto, sino por su provocación». Zaplana también se puso enigmático y un punto amenazante, como Rubalcaba, y lanzó un «le recomendaría al Gobierno y al PSOE que no tentaran a la suerte, porque lo que están haciendo últimamente, cuando se meten con nuestras iniciativas, a lo mejor lo que están haciendo es provocar». A lo que añadió que «estamos actuando con una gran responsabilidad y cuando digo que estamos siendo responsables y prudentes, sé de lo que estoy hablando». Como sucede en estos casos, también hubo quien desde el PSOE dijo que miembros del PP se lamentan de la deriva que lleva su partido en esta materia le tocó el papel al presidente del Senado, Javier Rojo y quien desde el PPlo hizo María San Gil contraatacó señalando que el partido es una piña, desde Rajoy hasta el último afiliado, no como el PSOE. Seguro que hoy continuará el entretenimiento. Y en lugar de buscar que el proceso avance, ambos partidos seguirán enzarzados en hacer ver cuál de los dos es más duro e intransigente con reivindicaciones que en Euskal Herria son un clamor mayoritario. -
«No habrá cambios en la política de dispersión»
A pesar de las acusaciones de cesión ante ETA que continuamente lanza el PP, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, volvió a dejar claro ayer que ni va a cambiar de momento la política de dispersión ni va a levantar el pie del acelerador en materia de detenciones.Airado por una pregunta del PP sobre la ausencia de detenciones, Pérez Rubalcaba se ufanó de que a lo largo de 2005 se arrestó a 62 personas relacionadas con ETA, y en lo que va de 2006 a 16, y que por kale borroka se detuvo en el 2005 a 28, y en el 2006, a 6. De ahí, Alfredo Pérez Rubalcaba pasó a comentar la estrategia carcelaria de su gobierno, para asegurar que la política de dispersión de los presos políticos vascos «se ajusta plenamente a la ley» teniendo en cuenta las características concretas de cada delito, y aclaró que no es intención del Gobierno cambiarla. No obstante, el ministro de Interior comentó que el día que decida cambiarla acudirá al Parlamento y «se lo contaré a los grupos». En todo caso, concluyó que éste «no es el momento. Está bien como está».
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