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Gara > Idatzia > Euskal Herria 2006-11-06
Mikel EGIBAR | Procesado en el sumario 18/98
�Ten�a fuerza suficiente para decirles que hab�an sido mis torturadores�
��Si�ntese! �C�llese!�. Esa fue la respuesta de la presidenta del tribunal cuando Mikel Egibar intent� dirigirse al guardia civil al que identific� como uno de sus torturadores. Tambi�n deneg� un careo entre Nekane Txapartegi y los agentes. �Era imposible que la Audiencia Nacional aceptara esas peticiones; hacerlo supondr�a reconocer que hay una persona torturada y que la tortura existe�, remarca Egibar en esta entrevista.

El 25 de octubre, el juicio por el sumario 18/98 vivi� uno de sus momentos m�s tensos. Mikel Egibar intent� hacer uso de su derecho a preguntar a testigos o peritos, amparado en la Convenci�n Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales. La presidenta Angela Murillo le orden� silencio. Lejos de quedarse callados, los procesados llamaron �torturadores� a los peritos de la Guardia Civil. En esta entrevista concedida a GARA, recuerda esos momentos y analiza la actitud de la Audiencia Nacional con respecto a las denuncias de tortura que, en m�s de una ocasi�n, han resonado en la Casa de Campo.

­Mientras Murillo le ordenaba callar, los procesados comenzaron a llamar �torturadores� a los guardias civiles que declaraban en calidad de peritos. �Qu� les llev� a adoptar esa actitud?

Nuestra actuaci�n ha estado motivada y condicionada por la actitud que el tribunal ha mostrado en los dos meses que ha durado el peritaje de la Guardia Civil. Si hici�ramos un ejercicio de abstracci�n, si a lo largo de estos meses se hubiera sustraido la presencia y uso de la tortura, autom�ticamente la tesis de que �todo es ETA� se hubiese ca�do por su propio peso. La tortura es la pieza angular de este juicio. La defensa y mantenimiento de esta tesis ampara la tortura.

Desgraciadamente, tras esta fase pericial el uso de esta pr�ctica ha quedado a�n m�s afianzado y legitimado en el Estado espa�ol. El fiscal y los jueces de la Audiencia Nacional se han encargado de que as� sea. Es algo bastante contradictorio con el momento pol�tico actual.

­�Qu� mensaje hubiera querido trasladar a la Sala en caso de que la presidenta del tribunal, Angela Murillo, le hubiera permitido hacer uso de la palabra?

Aunque fue una frase puesta en mi boca, fue un grito colectivo. Colectivo de todos los que estamos en este juicio, pero tambi�n de todos los que hemos sido torturados y que, por des- gracia, la denuncia ha quedado anulada o relegada a la nada. Cuando finaliz� esta fase pericial y ampar�ndome en el art�culo 6 de la Convenci�n Europea de Derechos Humanos y Libertades Fundamentales, que otorga a los procesados el derecho a intervenir haciendo preguntas a los testigos o peritos, me levant� y solicit� la palabra manteniendo todas las formas.

El tribunal no se esperaba un hecho de este tama�o y respondi� por instinto, y en este tribunaln el instinto es sin�nimo de represi�n. Por ello reclam� la presencia policial y orden� que me sentara y callara. No obstante, mi pregunta lleg� hasta o�dos de los peritos de la Guardia Civil y, en concreto, al perito que reconoc� como uno de los agentes que particip� en los interrogatorios y torturas que padec�. A �l directamente le pregunt� si confirmaba lo que du- rante este juicio he repetido m�s de una vez; que �l particip� en mi interrogatorio.

­Murillo tambi�n se opuso a que hubiera un careo entre Nekane Txapartegi y usted, por un lado, y los peritos de la Guardia Civil, por otro. �C�mo lo valora?

La tortura es una pr�ctica estructural. No se trata de una simple vulneraci�n de derechos humanos entre dos personas, se hace desde una estructura pol�tico-social hacia un colectivo. En esta estructura est�n involucrados el Gobierno y el Parlamento espa�ol, la Audiencia Nacional, el fiscal, el m�dico forense, los medios de comunicaci�n... Cuando una de estas instituciones se ve interpelada a luchar contra la tortura, de manera autom�tica adopta una postura herm�tica y de defensa de la estructura que representa. Es lo que ocurri� cuando nuestra defensa solicit� un careo entre el torturador y los torturados. La Audiencia Nacional se cerr� en banda y se neg� a reconocer la tortura. Para un torturado lo m�s importante no es estar considerado como v�ctima sino que se reconozca su existencia, porque este hecho implica reconocer la existencia de la tortura. Y �se es el primer paso para poner fin a esta pr�ctica. Era imposible que el tribunal aceptase el careo porque con ello estar�a reconociendo que hay un torturado o torturada y que en el Estado espa�ol existe la tortura. De todas formas, en ning�n momento pensamos que la Audiencia Nacional fuera a adoptar una nueva actitud de cara a lo que siempre ha utilizado como base de sus acusaciones.

­Durante semanas, el comandante de la Guardia Civil que usted identific� como la persona que al terminar el interrogatorio le quit� la capucha se ha sentado a escasos metros. �C�mo se ha sentido al tenerle de nuevo tan cerca, aunque ahora como �experto� perito?

Estoy seguro de que ese comandante particip� en los interrogatorios y torturas, y casi con toda seguridad el resto de los peritos presentes en la sala tambi�n participaron en las torturas. Una sesi�n de tortura no se lleva a cabo por la acci�n de un polic�a descerebrado, sino que es algo muy estructural, met�dico y con un exhaustivo seguimiento. Algunos guardias civiles act�an como aprendices, otros como expertos, y las fases se van alternando: sesi�n de tortura, otra de presi�n sicol�gica, adiestramiento para que aprendas la declaraci�n... y as� sucesivamente.

Estar sentado a pocos metros de estos torturadores te lleva a una situaci�n en la que dices �hasta aqu� hemos llegado�. Aunque estaban frente a m� ten�a la suficiente fuerza para decirles, mir�ndoles a la cara, que hab�an sido mis torturadores. Cuando una persona llega a este punto quiere decir que ha sabido relegar todo el mal causado por la tortura y que ese da�o lo ha reconvertido en fuerza.

­�C�mo se siente cuando se usan para la acusaci�n las declaraciones hechas en dependencias policiales?

Ante todo, me gustar�a remarcar el gran valor humano de los que estamos en esta causa. En todo momento sientes la solidaridad del resto de los compa�eros que est�n ah� para ayudarte cuando el fantasma de la tortura pasa nuevamente por tu lado. Las declaraciones policiales van ligadas a un recuerdo intenso, duro y violento, y cuando salen a relucir en el transcurso del juicio los compa�eros siempre te echan una mano. Quisiera destacar tambi�n la gran diferencia existente entre las declaraciones policiales y judiciales. Incluso los propios peritos han recalcado este hecho.

­�Qu� valoraci�n le merecen las declaraciones de los peritos de la Guardia Civil?

Este juicio est� dando para todo, desde el drama hasta la broma. Cuando en boca de un guardia civil torturador tenemos que o�r que Peio Mari�elarena �muri� por drogadicci�n en las c�rceles francesas� [el preso vasco falleci� por enfermedad]... Esa es la parte dram�tica, tener que o�r este tipo de mentiras y manipulaciones. En la categor�a de broma meter�a, por ejemplo, vincular a Kimuak con la tesis de que �todo es ETA�. En repetidas ocasiones, los peritos han dicho que �el adiestramiento de los futuros etarras proviene de este movimiento de ocio�. Es como si Euskal Herria viviera dentro de distintas burbujas que no est�n enraizadas en la realidad pol�tica, social y cultural de este pa�s. Les falta, por tanto, el elemento fundamental, que todo ciudadano vasco est� profundamente enraizado en la sociedad, y m�s a�n aqu�l que se preocupa y toma el compromiso de defender este pueblo.

­En esta primera fase pericial se ha escuchado de todo; discursos pol�ticos, confusiones, errores de traducci�n... �Esperaba que fuera as�?

La prepotencia de �la Benem�rita� siempre tiene el respaldo del resto de los estamentos. Pero ni ellos mismos se esperaban llegar a este nivel de rid�culo. Mientras las preguntas corr�an a cargo de la Fiscal�a, se cuidaron en guardar las formas, que desaparecieron en cuanto el interrogatorio pas� a las defensas. Entonces salieron a relucir los rasgos t�picos de la Guardia Civil torturadora. En m�s de una ocasi�n, mostr� su prepotencia perdiendo las formas tanto con abogados como con el tribunal. -



�Batzarraren helburua torturatzen dela esatea da�
­Zure egoera berean izan diren hainbat lagunekin agerraldia egin duzu datorren abenduaren 16an izango den Torturatuen Batzar Nazionalera deitzeko...

Askotan, sufrimendua isilpean gordetzera behartuta daude zanpatuta dauden herriak. Zaku horretan sartzen dira erbestea, espetxeetako egoera, heriotza eta torturaren erabilera. Baina isiltzeak ez du esan nahi egoera horiek ez daudenik. Garaipenaren lehenengo pausoa errealitate hori existitzen dela esatea da eta, hori da, hain zuzen, hainbat torturatuk erabaki duguna. Hemen gaude; gu torturatuak izan gara eta ez bakarrik azken bi, hiru edo hamabost urteetan. Azken hamarkadetan, milaka herritar torturatu gaituzte eta beste batzuk hil egin dira. Abenduan egingo dugun batzarrarekin, une honetan dagoen hutsunea betetzeko ardura hartu dugu. Ez dugu �biktima� edo antzeko hitzik erabiltzen, helburua torturatu gaituztela esatea da eta hori aitortu behar da.

­Ezohiko agerraldia izan zen zuena. Musika, poesia eta elkarrizketarako tartea izan ziren. Zein giro sortu zen?

Edozein agerraldi publikok badu alde hotz bat, baina, antolatzai- leen irudimenari esker, torturatuen artean lotura sortzeko parada izan genuen. Identifikazio handia gertatzen da bi pertsonak egoe- ra bera bizi izan dutenean, nahiz eta garai eta leku desberdine- tan gertatu. Sortzen den giroa ezin deskribatuzkoa da. Babesa eta atxikimendua sumatu genuen.


 
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