ATHLETIC 0
RACING 1
BILBO
Aunque era necesario corroborar con tres puntos la mejoría experimentada en los últimos tiempos, el Athletic continúa sin conocer la victoria en San Mamés y lo que es peor, sin poder sumar de tres en tres. Son ya cinco los equipos que han pasado por el estadio bilbaino y todos han conseguido llevarse algún punto. Real Sociedad, Atlético de Madrid, Barcelona, Celta y ayer lo volvió a hacer el Racing. Ganar en casa es indispensable para evitar pasar apuros en la clasificación y la visita del Racing se vaticinaba como la más propicia para refrendarlo. Pero no pudo ser porque una vez más los rojiblancos se vieron perjudicados por el bajo nivel del estamento arbitral. Pino Zamorano quiso ser protagonista y condicionó el devenir del partido con la expulsión de Gabilondo al borde del descanso.
El colegiado manchego fue el único que vio una entrada peligrosa, agresiva o vete tu a saber. Es cierto que el de Añorga llega tarde al balón y hace falta. Incluso, podría argumentar que corto un contragolpe del Racing. Pero no es posible condicionar a un equipo por una jugada así. Se expulsa a jugadores de determinados equipos con una facilidad preocupante y sin pensar dos veces en las consecuencias.
No es la primera vez que ocurre durante esta temporada. Y no sólo en contra del Athletic la roja a Casas ante el Barcelona se sigue recordando, también a favor. No hace falta más que recordar la expulsión que se sacó de la manga el colegiado que dirigió el encuentro en Tarragona ante el Nástic y que dejó al conjunto catalán con diez por una acción similar o el penalti que le pitaron a favor ante la Real en San Mamés.
Lo que ocurre es que los árbitros del Estado español son los peores con diferencia de todas las ligas europeas, siguen sin progresar y no actúan con un criterio definido. Funcionan por impulsos que les impiden tomar las decisiones más correctas.
Pasan los años, evoluciona casi todo en el mundo del fútbol y ellos siguen igual. No puede ser que una persona tenga la facultad de poder influir en un partido con una sola decisión. Antes o después tendrán que echar mano de los recursos que ofrece la televisión y la tecnología. Si en la final del Mundial de Alemania se expulsó a Zidane porque el cuarto árbitro Medina Cantalejo, ¡que casualidad que fuera español! vio en la repetición su cabezazo a Materazzi, no se entiende que desde la Federación y la Liga no se tomen medidas. Ya cansa tener que sacarles los colores jornada tras jornada sin que nadie haga nada.
Más tarde, para que los aficionados del Racing no pensaran mal y que trataba de enmendar su error anterior se tragó un penalti claro a Yeste. Portugal se percató por dónde podía devolver el fallo y sustituyó rápidamente a los dos jugadores que tenía amonestados.
Un Racing conformista
El empate final se puede considerar como un mal menor ante las adversidades encontradas ya que el conjunto rojiblanco disputó toda la segunda parte con un jugador menos y dio la cara. Como es habitual en los equipos que visitan San Mamés, el Racing cedió la iniciativa al Athletic desde el principio con la clara intención de intentar aprovechar cualquier despiste en defensa de los rojiblancos. El Athletic llevó el mando del partido, pero en ningún momento acertó con un disparo claro y con peligro entre los tres palos.
Aunque el balón circuló durante casi todo el encuentro en campo de los santanderinos, no pasaron demasiados apuros. El conjunto rojiblanco no estuvo nada fino en los últimos metros y el único lanzamiento entre los tres palos, pero sin apenas inquietar a Toño, fue una falta lejana de Yeste. Los datos recabados por GARA reflejaron 47 balones al área, pero pocas oportunidades para marcar. Una contra de Etxeberria que concluyó con el penalti sobre Yeste, dos remates de Llorente uno a la media vuelta y otro en un córner, más un zurdazo de Yeste a centro de Aduriz, fueron las ocasiones más reseñables.
El Racing tampoco es que se dejara la piel en el campo y se conformó con mantener su portería a cero a la espera de poder marcar algún gol. El conjunto cántabro envió menos balones al área (26), pero contabilizó más remates entre los tres palos. Entre Zigic y Munitis fabricaron un par de acciones que por poco logran marcar sin mencionar los disparos desde fuera del área de Melo, Colsa y Luis Fernández.
El Athletic recurrió a la casta para intentar asaltar la portería de un Racing conformista, pero le faltó un plus para poder hacerse con los tres puntos. San Mamés se les sigue resistiendo a los rojiblancos que anhelan una victoria en casa.
BILBO El protagonista de la jugada más decisiva del partido no se explicaba en la rueda de prensa la actuación del árbitro que terminó con su expulsión.
«Me parece algo increíble. El balón sale rechazado, vamos Oriol y yo a por él, me tiro al suelo y aunque igual llega él antes, no me creo que me haya expulsado», dijo Gabilondo.
Se da la circunstancia de que Pino Zamorano fue el colegiado que dirigió el partido en el que Mikel Aranburu cayó lesionado de gravedad el año pasado por una entrada de Oriol en el partido entre Real y Racing, en el que también estaba Gabilondo y ni siquiera pitó falta. «Es lo primero que me ha venido a la cabeza, recordando la jugada del año pasado que pitó saque de banda y hoy por esa tontería me expulsa a mí. Me parece algo increíble», recordó el de Añorga.
Con la de Gabilondo es la cuarta expulsión que recibe el Athletic en nueve jornadas, por lo que Gabilondo señaló que «no sé si les han dicho que tienen que expulsar a la gente o algo porque no me lo explico. Por una jugada así no me explico que te expulsen. Me quedó sin palabras».
ATHLETIC. Ustaritz y Orbaiz regresaron a la titularidad tras varias semanas sin poder jugar por sendas lesiones y Amorebieta retornó al lateral izquierdo. Sarriugarte apostó por no cambiar nada en el apartado táctico. Yeste en la media punta y Gabilondo hasta su expulsión y Etxeberria desde las bandas se encargaron de surtir de balones a Aduriz.
RACING. Portugal adiestró a su equipo para presionar al centro del campo rojiblanco y salir rápido a la contra sin perder el sitio. Tomas, después Vitolo, y Colsa fueron los encargados de cumplir con ese trabajo, mientras Zigic y Munitis crearon todo el peligro ofensivo.
