La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo reconoce que los jóvenes trabajadores están «más afectados por el ruido». El informe, que cita una encuesta realizada por la Fundación Europea, indica que «los trabajadores en programas de aprendizaje o en otros programas de formación «presentaban más problemas de audición en 2000 que en 1995».

Conviene recordar que desde el pasado mes de febrero está en vigoren la UE una nueva directiva, que establece que el valor límite de la exposición diaria en jornadas de ocho horas es de 87 decibelios.

La conclusión, en este caso, que ofrece la Agencia Europea, dirigida por Jukka Takala, es que «es necesario prestar especial atención a la formación de los jóvenes trabajadores, además, sus problemas de salud deberían tratarse de manera más específica».

Los informes de costes consideran que la pérdida de capacidad auditiva provocada por el ruido «sigue siendo una de las enfermedades profesionales más reconocida». Según esos datos, representa el 10% del conjunto del coste total de las enfermedades profesionales desde 1999. La Agencia Europea pone de relieve, por otro lado, que muchos casos de enfermedades por excesivo ruido «ni se detectan ni se notifican, sobre todo en el caso de las mujeres». Un 7% de los trabajadores «cree que el trabajo afecta a su salud en términos de trastornos auditivos».

Los sectores en los que el ruido tiene una mayor incidencia son la Construcción, la Industria manufacturera y la Agricultura, aunque la terciarización de la economía está provo- cando que también en el sector Servicios haya «cada vez más casos de problemas de audición entre los trabajadores».

Juan Goiria, vicepresidente de la Academia de Ciencias Médicas de Bilbo, asegura, como indica la OMS, que «la pérdida de audición por ruido es la enfermedad profesional irreversible más prevalente». Hay que tener en cuenta que el 29% de los trabajadores europeos está expuesto a elevados niveles sonoros durante, al menos, una cuarta parte de su jornada laboral, lo que justifica los sucesivos proyectos de investigación que se han desarrollado en el campo de la protección».

Goiria recuerda que «el ruido nos acompaña durante toda la vida» y advierte a los trabajadores de que «en ocasiones sirve de alerta al organismo como señal de un peligro».

Según explica este médico experto, «una exposición constante al ruido puede provocar problemas de audición, incluida la sordera, estrés relacionado con el trabajo, un mayor riesgo de accidentes laborales derivados de la falta de atención producida precisamente por el ruido, irritabilidad, efectos somá- ticos como dolores de cabeza y efectos adversos en el feto durante el embarazo».

La solución a este fenómeno creciente del daño por exceso de ruido tiene que ver, a juicio del experto médico, con realizar una evaluación del riesgo, tratando de evitar, en la medida de lo posible, los focos de ruido o, al menos, minimizándolos. Se deben tomar medidas preventivas mediante el uso de amortiguadores y silenciadores, aislando la fuente de ruido y reali- zando un mantenimiento preventivo de la maquinaria, ademán de controlar la organización laboral reforzándola con equipos de protección individual, entre los que deben estar los cascos y tapones». Una cuestión que los empresarios obvian es la formación e información al trabajador ante los riesgos para la salud con los que se va a encontrar. El ruido es uno de ellos y «está aumentando en los centros de trabajo, al contrario de lo que pueda parecer», según constata la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.

Este organismo dependiente de la UE y con sede en Bilbo reconoce abiertamente que todavía se debe profundizar en materia de investigación para conocer «con mayor exactitud» la gravedad de la incidencia del ruido en las personas y conocer sus efectos cuando se produce en combinación con vibraciones o con productos químicos.-

BILBO