Laura CAPDEVILLA-ARGUELLES | Especialista en Invasiones Biológicas
«Se suele actuar cuando el daño ya es muy patente»
Bióloga, lleva desde 1998 en la temática de las invasiones biológicas. Actualmente coordina el Grupo Especialista de Invasiones Biológicas, con sede en León y autor del reciente informe ‘‘Las 20 especies exóticas invasoras más dañinas presentes en España’’. Ha trabajado como consultora sobre esta problemática para el Ministerio español de Medio Ambiente, el Consejo de Europa, la Agencia Europea de Medio Ambiente y el Institute for European Environmental Policy.
El reciente caso del mejillón cebra, que se ha extendido ya por la cuenca alta del Ebro, ha puesto en alerta a los biólogos, ¿se están tomando en serio también las administraciones este tipo de alertas?
En el caso del mejillón cebra las administraciones se lo han tomado en serio, como un grave problema ecológico y económico. En otros casos, no ha sido así, porque suele darse importancia a este tipo de problemas sólo cuando el daño ya es muy patente y no cuando la especie acaba de introducirse. Esto es un grave problema, puesto que cuando se decide que hay que actuar, en muchos casos ya es imposible erradicar la especie, con lo cual tan sólo podemos intentar frenar su expansión y controlarla.
Estamos ante un problema que va a más por esa sociedad de la globalización en la que vivimos. ¿Pero de qué envergadura hablamos?
Hablamos de un problema que es considerado como una importante causa de pérdida de biodiversidad en todo el mundo, precedida sólo por la destrucción de hábitats y la fragmentación del paisaje.
A nivel mundial, ¿las organizaciones internacionales competentes o los gobiernos están tomando medidas para impedir estas plagas?
Existen varias organizaciones que trabajan duramente en el tema a nivel internacional. Por ejemplo, el Invasive Species Specialist Group (ISSG) de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), la Agencia Europea para el medio Ambiente, el Consejo de Europa... pero todavía queda mucho trabajo por hacer, puesto que hablamos de una problemática que ataca muchos intereses, sobre todo económicos.
¿De qué manera se originan este tipo de invasiones, de manera inconsciente, conscientemente?
Las invasiones se pueden producir de forma voluntaria, por ejemplo con la liberación de especies para pesca deportiva, como fue el caso del lucio; para la caza, como el arruí; para fijar dunas, como fue el caso del carpobroto; como agentes de control biológico en el caso de la gambusia; o, incluso ,con la liberación de mascotas por sus propietarios como el galápago de Florida. Pero también hay liberaciones accidentales, ya sea de escapes de granjas peleteras, en el caso del visón americano; o por la entrada por aguas de lastre de los barcos; puede ser por la introducción de especies junto con especies que se comercializan, como el ejemplo del mosquito tigre que, probablemente, se produjo con la llegada de larvas en agua que traía el bambú de la suerte... Ejemplos hay muchísimos.
De no encararlo con seriedad, ¿qué puede deparar el futuro?
El aumento del turismo, de la velocidad de los medios de transporte, del comercio libre... todo eso traerá consigo una mayor tasa de invasión, con la consiguiente pérdida de biodiversidad autóctona, mayores costes económicos para su control y pérdidas en muchos aspectos. El jacinto de agua llegó a tapizar el río Guadiana, impidiendo la llegada de la luz y el intercambio de oxígeno, con la consiguiente mortandad de peces. Hubo que invertir más de seis millones de euros para su control.
Un problema añadido es el de las especies exóticas.
Se necesita un mayor control sobre las especies con las que se puede comercializar. De poco nos sirve erradicar el jacinto de agua si podemos comprarlo en cualquier gran supermercado como planta ornamental. Hacen falta protocolos de riesgos de estas especies y ahí deben actuar las administraciones, de manera que minimicemos al máximo los riesgos. -
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