REAL SOCIEDAD 0
REAL BETIS
0
DONOSTIA
El undécimo partido de la Real sin ganar coincidió con la implicación del club en una campaña que pretende impulsar la expansión del virus Ukan del euskera justo en el momento en el que el club necesita erradicar otro virus, el de la desconfianza, que está instalado en su seno y que le impide afrontar con más determinación la peor situación de su historia reciente.Con concluir que, como siete días antes, el empate fue lo mejor para la Real queda todo dicho. Si alguien estuvo cerca de ganar por el juego y las ocasiones de las que dispuso en el segundo tiempo fue el Betis y por eso el punto hay que darlo por bueno y más tras servir para recortar la distancia con la permanencia a cuatro. Pobre consuelo porque a la Real sólo le vale ganar para coger confianza y coger confianza para ganar. Y en este círculo vicioso del que la Real no consigue salir de poco ayudaron ayer los cambios que introdujo Lotina porque no sirvieron para mejorar. Y mal que no mejora empeora, porque cada jornada que pasa sin ganar aumenta la desconfianza y unas dudas que se acrecientan con los cambios.
A Jesuli le bastaron tres días de entrenamiento tras casi dos años sin jugar para que su entrenador le situara en el once en lugar de uno de los mejores jugadores de la Real en las últimas temporadas. No sólo de una. Evidentemente, Jesuli sólo aguantó media hora, pero en lugar de rentabilizarla en la parte final, para la que no había revulsivos en el banquillo, salió de inicio para minar aún más la confianza de uno de los pocos jugadores en los que todos confían para salir del pozo.
No fue el suyo el único campo. Lotina experimentó ayer con un once en el que introdujo demasiadas variaciones sin realizar la que parece más importante, la eliminación de uno de los dos medios centros defensivos para poder tener más el balón y presionar más arriba. Y cuando lo hizo porque veía que se repetía el problema padecido ante el Espanyol, Aranburu no demostró la confianza que debe otorgársele y tener para ser una referencia indiscutible.
Y es que a uno le hubiera gustado ver con continuidad al once básico de las últimas jornadas con la entrada de Mikel Alonso en lugar de Rivas y la presencia de Mikel González en el centro de la defensa para superar problemas de otros partidos y mejorar en la salida del balón y en la presión.
Pero el cambio de acompañante de Garitano no fue encaminado a dotar al equipo de mayor control del juego y más dinamismo a la hora de presionar y recuperar el balón más arriba, el gran problema de la Real, sino con la alineación de un central. Y en defensa no lo hicieron mal ni él ni Garitano, pero son dos jugadores que actúan demasiado cerca de los centrales y eso, en lugar de evitar el problema vivido ante el Espanyol, hizo que se reeditara.
El mismo problema
Así la segunda parte de ayer fue muy similar a la del domingo anterior con los cuatro defensas y los dos pivotes demasiado cerca de su área y mucha distancia con la pareja de delanteros. El balón se perdía igual de rápido, se atacaba peor y sólo se mejoró en que Rivera no estuvo tan cómodo como De la Peña y que por el centro entre los centrales y los pivotes realistas defendieron mejor.
Y se atacó peor porque tampoco ayudó cambiar a Aitor de banda justo en el momento en que comenzaba a recuperar su mejor juego en el lateral derecho y con eso el equipo llegaba por esa banda con asiduidad. Es cierto que Garrido y Aranburu jugaron mal en la segunda parte ante el Espanyol, pero si el virus de la desconfianza lleva a cambiar a jugadores que deben ser básicos va a resultar complicado consolidar cualquier bloque. Gerardo dio su mejor nivel, cerró su banda y subió al ataque un par de veces con decisión en el primer tiempo y sacó un corner bien, pero si para eso hay que cambiar de banda a Aitor y sentar a Garrido...Y es que Lotina quería compensar la alineación de dos pivotes defensivos con las subidas de los laterales y si éstos no aportan, todo el peligro de la Real en ataque se redujo a dos acciones de Díaz de Zerio en el primer tiempo, precisamente en un centro de Gerardo y en un corner botado por el lateral que remató Garitano. En el segundo la Real no ofreció nada y cuando un equipo no ataca lo máximo a lo que puede aspirar es a empatar a cero si defiende bien. Y para ello fue necesario que un cabezazo de Edu en buena situación saliera fuera y que una falta de Miguel Angel acabara en esos postes amigos de Bravo.
Pero por lo menos, como es necesario buscar puntos que den confianza al equipo, lo positivo es que la Real despidió por segunda vez esta temporada un partido sin encajar un gol. Lotina señaló que ese era uno de los dos objetivos que se marcó para el partido de ayer, pero el importante es el otro.
Porque para erradicar la desconfianza en todo y de todos este equipo necesita ganar y para ello debe defender mejor más lejos de su área y de esa manera mejorar en ataque con la presencia de aquellos jugadores que más pueden aportar en esa faceta. Y no sólo es necesario que el entrenador y los aficionados confíen en jugadores como Aranburu, Xabi Prieto o Kovacevic, que son los que deben marcar las diferencias. También, y sobre todo, es fundamental que ellos confíen más en sus posibilidades.