BILBO

«La draga ­argumenta la asociación­ ha sido considerada por los historiadores especializados en tecnología marítima como uno de los elemen- tos más valiosos del patrimonio de la Ría y resulta poco comprensible o cuando menos contradictorio que el museo, que integró a la Titán entre sus fondos argumentando precisamente su alto valor, decida ahora prescindir de ella alegando razones de orden práctico, en concreto, su mal estado de conservación y el poco interés que, al parecer, suscita entre el público».

La draga Titán, construida en Holanda en 1923, es una embarcación de acero de 47,7 metros de eslora, 10,7 de manga y 3,7 de puntal. Llegó a Bilbo en los sesenta después de haber prestado servicio durante años en el puerto de Cádiz. A partir de entonces realizó labores en la ría, hasta que quedó arrinconada en la década de los 90, al entrar en funcionamiento dragas más modernas. La Autoridad Portua- ria la conservó hasta que fue trasladada en marzo de 2003 al muelle del Museo Marítimo Ría de Bilbao, como pieza de la exposición exterior.

La Asociación Vasca de Patrimonio destaca, asimismo, que «son muy escasos y a veces únicos los elementos de material flotante de la Ría de Bilbao. De las muchas gabarras, remolcadores, gánguiles, dragas, etcétera que formaron parte de su paisaje durante el pasado siglo, solamente subsisten un par de gabarras y la draga Titán. Junto al gánguil Portu y el remolcador Auntz, que actualmente integran los fondos del Museo Marítimo, la conservación de la draga, así como de las antedichas gabarras, permitiría disponer de una colección completa con al menos un ejemplar de cada una de las embarcaciones más características del material flotante propio de la Ría, facilitando el poder evocador de tiempos pasados y ayudando sin duda a ilustrar un recorrido cada vez más visitado y más integrado en las diferentes ofertas turísticas de la capital vizcaina».