Las trabajadoras de la empresa Dagesau de Tudela, perteneciente al grupo Eroski, desde algunas semanas se movilizan en defensa de las condiciones laborales que su convenio propio de empresa recoge y que ahora el grupo Eroski pretende recortar, mediante la imposición de un convenio colectivo para todo el Estado espa- ñol, firmado recientemente por Eroski con los sindicatos UGT, CCOO y Fetico.
Haciendo un poco de historia, cabe recordar que la dirección de Dagesau desde sus inicios ha negociado en Navarra las condiciones sociales y laborales de sus centros, mayoritariamente ubicados en Tudela. Hoy estamos hablando de tres centros y 55 trabajadoras. Las diferentes empresas que han ido adquiriendo estos centros han respetado y negociado el convenio existente, hasta que un día al grupo Eroski se le ocurre negociar un convenio para todo el Estado, empeorando considerablemente las condiciones de estas trabajadoras, con el único objetivo de cuadrar sus cuentas de resultados imponiendo.
El acuerdo firmado recoge una jornada de 1.784 horas frente a las 1.770 horas que tienen actualmente, es decir, 14 horas más. Los incrementos salariales son del IPC estatal más 0,2%, mientras que el último acuerdo firmado en Tudela recogía un incremento del IPC más 1’5%. Además, se pierden una serie de derechos sociales muy importantes. Estas razones y no otras son las que hacen decir a estas trabajadoras que este acuerdo no va con ellas, por mucho que se empeñen algunos o algunas.
En respuesta a esta situación, las trabajadoras de estos centros de Tudela están desarrollando una serie de paros intermitentes y movilizaciones en las últimas semanas. En este contexto, en el mes diciembre volverán a la calle para decirle al grupo Eroski que quieren negociar sus condiciones laborales donde viven, que no quieren que nadie se atribuya su representatividad y negocie un convenio que no va con ellas, en definitiva, que se les respete.
Sin embargo, Eroski mantiene una postura más propia de patronales reaccionarias con las que nos toca convivir en nuestro país, nada que ver con la política de fines sociales atribuíble al movimiento cooperativista.
El grupo Eroski se ha atrevido a llevar a los tribunales la convocatoria de huelga por considerarla política, el juzgado ya se ha pronunciado y ha dicho que la huelga es legal. Eroski plantea esto en Tudela, ya que, por supuesto, en Arrasate o Elorrio no habría sido capaz de plantearlo.
Para Eroski, las trabajadoras de Tudela no son de Euskal Herria y, además, son de segunda.
Vamos a seguir peleando por que el convenio se siga negociando en Tudela, pese a quien pese.
Debieran de tomar buena nota los sindicatos UGT, CCOO y Fetico de que hay trabajadoras que no quieren que se les aplique el acuerdo estatal que han firmado porque es regresivo para ellas.
El comité de Navarra lo componen cuatro delegadas de ELA y una de CCOO. Este último sindicato está desaparecido del conflicto, alineado con la empresa para perjudicar a estas trabajadoras. Claramente, este tipo de defensores nos sobran.
Nuevamente las trabajadoras de Eroski en Tudela estarán en diciembre en la calle; sabed que contáis con todo el apoyo de nuestro sindicato, desde Muskiz hasta Cortes, y que esta batalla, pese a quien pese, la vamos a ganar.
Las trabajadoras de Dagesau-Eroski de Tudela están demostrando un ejemplo de dignidad defendiendo sus dere- chos en las últimas semanas. -