La innovación tecnológica al servicio del bienestar
La Unidad de Tecnología Social de Tekniker quedó inaugurada formalmente ayer, aunque hace ya tiempo que se puso en marcha este proyecto, enfocado a la aplicación de las innovaciones tecnológicas al bienestar. Las personas dependientes y sus cuidadores aparecen como los principales beneficiarios de este nuevo horizonte tecnológico.
EIBAR
Primero fueron la industria, los ejércitos o la carrera espacial. En una segunda etapa, el proceso se socializó, con lo que la tecnología quedaba íntimamente ligada a nuestra vida. Y ahora, la innovación tecnológica «afronta una nueva etapa:el beneficio social».
Así resumía el responsable de Obra Social de Kutxa Jesús María Alkain, colaborador del proyecto, el camino que ha recorrido la tecnología para llegar al mismo punto que también ha alcanzado Tekniker. Este centro tecnológico eibarrés presentó ayer en sociedad su Unidad de Tecnología Social, un proyecto enfocado a la aplicación de las innovaciones tecnológicas al bienestar y con las personas dependientes y sus cuidadores como sus principales beneficiarios.
No los únicos, porque como se destacaba en la presentación, la creación de nuevos productos puede favorecer, paralelamente, la generación de un nuevo tejido empresarial o la diversificación del actual.
Según explicó el Director general de la Fundación Tekniker Alejandro Bengoa, el proyecto tiene su origen «en un proceso de reflexión estratégica» en el que se constató que «el mundo de la tecnología social podía suponer un campo de actuación importante», por lo que se decidió «intentar encaminar en esa dirección la tecnología que maneja Tekniker».
Pronto se comprobó que «la tecnología puede ayudar a las personas independientes» y no tardó en llegar el primer proyecto, una silla de ruedas motorizada de altas prestaciones, «que nos dio un espaldarazo».
Ese fue el embrión de la Unidad de Tecnología Social que, tal y como explicaba su responsable Patricia Casla, persigue un objetivo fundamental:«Fomentar la vida independiente de las personas a través de la tecnología». Es decir, «aplicar todos nuestros conocimientos científicos y tecnológicos a unos productos que puedan mejorar la calidad de vida de las personas en general y de las personas dependientes, y de sus cuidadores, en particular».
Los proyectos desarrollados intentan, así, «facilitar la movilidad, el tratamiento y la rehabilitación, las actividades de la vida diaria o la integración laboral de personas discapacitadas», explicó Casla.
El proyecto se aborda con un enfoque multidisciplinar, pasando por la mecatrónica aquí quedarían incluidas las sillas de ruedas o las prótesis, por ejemplo, las redes de sensores y monitorización de señales con aplicaciones como la teleasistencia, el campo de la micro y nanotecnología donde se enclavaría, por ejemplo, la medicina no invasiva, y la Inteligencia Ambiental. Un campo, éste último, de gran aplicación en el futuro, que nos permitirá rodearnos de entornos inteligentes con los que interactuar de forma natural.
El primer proyecto, una silla de ruedas
La Unidad de Tecnología Social trabaja ya con su primer proyecto, una silla de ruedas motorizada de altas prestaciones, cuyo prototipo definitivo está previsto presentar en julio del próximo año. No es el único, ya que Tekniker participa, por ejemplo, en un consorcio europeo, en el mayor proyecto a nivel mundial orientado a computación llevable, con fines no militares. Igualmente, trabaja con interfaces multimodales que se pueden aplicar en la integración laboral de personas discapacitadas. -
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