Por un lado, está la mala posición de la CDU en las encuestas: su socio minoritario, el partido socialdemócrata (SPD), le lleva una ligera ventaja de un punto ­ambas formaciones se mueven alrededor del 30%­. Es uno de los peores resultados de la CDU desde los ochenta. La pérdida de simpatía en el electorado ha causado reacciones poco coordinadas que ponen en cuestión el sentido de la palabra «Unión» en el nombre del partido, además de cuestionar nuevamente el liderazgo de Merkel. A ello se debe el fuerte debate que, por otro lado, ha dominado el congreso y domina la actualidad política.

El congreso se inició con dos propuestas bien distintas sobre el futuro perfil de la CDU. Una corriente, encabezada por el barón Jürgen Rüttgers, ministro-presidente del estado federal de Renania del Norte Westfalia, quería discutir sobre la orientación política del partido, pensando más en los empleados que pronto podrían perder su trabajo. Rüttgers y su comité quieren relacionar el periodo de pago del subsidio de desempleo con el tiempo cotizado. La propuesta buscaba una supuesta «mayor justicia social». La otra corriente proponía un perfil aún más favorable hacia la patronal.

Si los resultados de las elecciones a los lugartenientes de Merkel sirven para determinar cuál de las dos propuestas ha ganado, entonces el gran perdedor es Rüttgers. Obtuvo sólo un 57% para ser reelegido como uno de los cuatro vicepresidentes de la CDU. Los otros influyentes barones, Christian Wulff de Baja Sajonia y Roland Koch de Hessen, lograron el 66% y el 68% de los votos, respectivamente. Ambos se encuentran en el bando opuesto a Rüttgers y son rivales de Merkel por el liderazgo de la CDU y por la candidatura a canciller en las elecciones previstas para 2009. Por el momento, Merkel cuenta con cierto margen en este frente porque la imagen de Wulff sufrió cierto daño político al haberse separado de su mujer, mientras Koch se ve envuelto en un fuerte escándalo de compra de apoyo en su land.

Ha sido otra mujer la que ha triunfado en Dresde: el 78% de los delegados designó a Annette Schavan como la número dos de la canciller. Pertenece al asimismo influyente comité regional de Baden Württemberg cuyo presidente, Günther Oettinger, evitó que ella pudiera usurparle el puesto de ministro-presidente en Stuttgart, cargo que él ocupa.

Decisión salomonica

El congreso aprobó las mociones de las dos corrientes, consciente de que en la realpolitik alemana ninguna de ellas verá la luz porque el SPD no las va a aprobar. Por lo tanto, la bronca seguirá tanto dentro como fuera de la CDU. En esta coyuntura, Merkel, que pertenece al poco influyente comité regional de Mecklenburgo-Antepomerania, se mantiene por encima de las dos corrientes. Al cierre del congreso ella invitó a sus correligionarios a mostrar más «unidad», sabiendo que sólo podrá sobrevivir mientras sus adversarios sigan desunidos. Y lo seguirán estando.

El ministro de Trabajo de Renania del Norte Westfalia, Karl-Josef Laumann (CDU), subrayó que su comité regional luchará por un perfil social más pronunciado. «La CDU no va a soltar este tema» dijo.

Los ministros-presidentes de Turingia y Sajonia, Dieter Althaus y Georg Milbradt, anunciaron que no respetarán la propuesta de Rüttgers, aprobada por el congreso.

Se espera ahora con inusitado interés a las siguientes encuestas sobre la posición de la CDU frente al SPD. -