BILBO

Según el autor, a través de estas páginas se expone la «cocina» de muchas de las películas de Olea. «Se recuerda cómo se hicieron, qué problemas tuvieron, porque la época final de franquismo y la transición que le tocaron vivir a Pedro tuvieron una especial incidencia en su cine». Para López Echevarrieta, el cine de Olea se puede denominar «de compromiso», sobre todo si nos fijamos en sus cortometrajes y en películas como “Pim, pam, pum, fuego”. En este libro se cuentan numerosas anécdotas y datos que mucha gente no conoce, como que Olea rodó un videoclip de Serrat cantando el “La, la, la” con una bufanda republicana, que fue vetado por TVE. «Hice mucha cosas que nunca vio nadie y estuve muchas veces en la lista negra de Fraga porque aquella fue una época siniestra», recordó ayer Olea. Hoy la censura tiene otro signo, dijo. «Ahora tenemos la autocensura industrial, porque si no tienes una cadena de televisión no puedes rodar». El realizador bilbaino confesó que corta sus películas sin ninguna pena, porque cree que «en hora y media siempre se han contado muy bien todas las historias y lo que excede de ese metraje, aburre». Sobre sus nuevos proyectos, dijo que ha terminado, junto con Michel Gaztambide, un guión de una historia de Arturo Pérez Reverte, y que le interesa «explorar nuevos terrenos» como la producción o el teatro.

La publicación del libro coincide con la edición de un pack de cinco películas significativas de Olea: “Un hombre llamado Flor de Otoño”, “El bosque del lobo”, “El maestro de esgrima”, “Pim, pam, pum, fuego” y “Tormento”.