CARACAS
Representantes de Venezuela y Estados Unidos celebraron ayer en Caracas un primer contacto oficial con el fin de resolver en un futuro cercano aspectos conflictivos que impiden la normalización de sus relaciones.
En la reunión, solicitada por EEUU y celebrada en la sede de la cancillería venezolana, participaron el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, y el embajador estadounidense William Brownfield.
«Fue un encuentro franco, muy claro, cordial y positivo que abre la posibilidad para desarrollar un nuevo diálogo sobre la base del respeto mutuo y la verdad«, dijo Maduro al finalizar la reunión. El ministro venezolano se mostró receloso por el mecanismo elegido, pero se mostró dispuesto a no desaprovechar la ocasión. «Tenemos suficientes razones para desconfiar del Gobierno de EEUU, pero también tenemos la madurez para sentaros a dialogar de manera respetuosa y con la verdad», expresó Maduro.
El canciller venezolano dijo que el problema va más allá del caso venezolano y precisó que de lo que se trata es de que «EEUU acepte los nuevos liderazgos de cambio en el continente y se establezca un nuevo marco de relaciones en base a la igualdad y al respeto».
Maduro señaló que la próxima reunión de esta naturaleza podría celebrarse en enero para tratar asuntos más concretos. Entre esos asuntos citó el de las «inmediatas» extradiciones de dos militares venezolanos acusados de atentados y del anticastrista Luis Posada Carriles.
Brownfield, por su parte, insistió en que «el Gobierno de EEUU tiene interés en resolver algunas diferencias entre los dos países y en hacer progresos durante el año que viene».